Skye Hunter ◇ Spiderman

19. ¿Por qué luchas?

Como pudimos, llegamos al laboratorio de Trainor. 

Yo todavía me sentía un poco entumecida y me dolía el cuerpo, aunque no tenía nada que ver con lo que había sentido cuando aquel preso había usado su..., poder, conmigo. 

Fuimos a la sala de entrenamientos y me tiré en la colchoneta, mirando hacia el techo.

—¿Escuchas eso? —le pregunté a Peter.

Él se sentó a mi lado y pude notar que me miraba, aunque no lo vi.

—¿El qué? No se escucha nada.

—Exacto, la ciudad está tranquila. Pero dentro de poco no lo estará si esas personas a las que Trainor ha modificado siguen fuera. Tenemos que detenerlos, os estos serán los últimos días de paz.

Se tumbó a mi lado y me miró.

—Tenemos que prepararnos para lo que llegue. Pero creo que estás exagerándolo un poco. ¿Por qué querrían esos modificados atacar la ciudad?

—Porque eso es lo que quería Trainor —me incorporé y le miré—. Su idea inicial era crear un ejército de modificados y lo está consiguiendo. Ya has visto lo que son capaces de hacer, Peter. Y solo hemos visto a uno. Imagínate lo que los demás podrán hacer.

—Pero tú eres como ellos —fruncí el ceño—. Tienes un poder como el de ellos que puedes usar. Podremos pararlos si nos lo proponemos —negué con la cabeza.

—¿Solos tú y yo? ¿Contra todo el ejército de Trainor? Sam ya no está —le recordé.

—Tenemos a Josh —me dijo—. Él podría ayudarnos y, de todos modos, no importa el número. Lo verdaderamente importante el día de la batalla será el por qué luchamos. ¿Por qué luchas tú, Skye?

Dirigí la vista hacia mis pies y me hice a mí misma esa pregunta. ¿Por qué luchaba yo? ¿Por qué estaba tan empeñaba en intentar hacer el bien? ¿Por qué no simplemente dejaba todo esto pasar e intentaba seguir con mi vida? ¿Qué era lo que me estaba haciendo seguir?

Miré a Peter con una sonrisa, sabiendo la respuesta a ello.

***

Llegué a mi casa con la mochila que me llevé a Hell's Kitchen. En ella tenía el traje que había usado, además de las demás ropas. 

Me sentía exhausta, y lo único que quería era darme una buena ducha e irme a dormir. Pero esa no iba a ser mi suerte.

Cuando abrí la puerta de mi piso, escuché ruido. Eran un montón de personas hablando y al principio no reconocí bien quiénes eran. Pero luego, cuando entré al salón vi que eran mis padres. Sorprendida, miré a Els y luego a ellos. Sabía que ella los había invitado, pero quería saber por qué.

—¿Hola? —les dije, sin saber muy bien qué decir. Ellos se acercaron a mí y me abrazaron. Como pude, les devolví el abrazo—. ¿Qué hacéis aquí? —les pregunté.