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*Editado <3*


Hogwarts.

Ese día Aleksandra se levantó feliz como nunca, corrió a la cocina donde toda su familia estaba comiendo y hablando, su madre atareada y su padre tranquilo leyendo el periódico.

—Alek ¿Qué esperas? ¡Desayuna pronto para que te alistes o los dejará el tren!

—Ya voy, ya voy.— tomó una tostada y la colocó en su boca comiéndose la mitad de un solo mordisco, se bebió todo un vaso de jugo de calabaza de un solo sorbo y luego sacó cinco tortitas con chocolate que se comió al instante.

Luego de volar por red flú toda la familia atravesó la columna, llegando al tren. Pero cuando llegó su turno de subir, su madre la paró junto a Ron.

—Escuchen, pase lo que pase hoy quiero que sepan que los amo y que eso nunca cambiará ¿si? Incluso si demuestro lo contrario, los amo, mis niños. Y necesito que lo sepan.

—Yo también mama.— dijeron los mellizos al mismo tiempo para abrazar fuertemente a su madre y padre por última vez por lo que serían muchos meses más.

Luego de subir pareció como si sus hermanos se hubieran esfumado, tomó un camino derecho (aunque, estando en un tren no habían muchas direcciones hacia dónde doblar) y siguió por al menos diez minutos buscando un bagón vacío, hasta encontrar uno donde un tierno niñito rubio estaba sentado solo.

—Hola. Me llamo Alek, ¿puedo sentarme contigo?— El Niño me miro por encima del hombro y solo asintió, antes de mirar por la ventana de nuevo. —¿Cómo te llamas?

Él me miró y ni siquiera se limitó a responder. Yo estaba tratando de hacer conversación, pero así no llegaríamos a ningún lado.

—Escucha, no quiero ser impertinente pero si estaremos todo el viaje juntos al menos podemos matar el tiempo hablando ¿No crees? — el chico suspiro y pareció pensarlo durante unos minutos, luego solo me miró y asintió levemente. — Soy Aleksandra pero todos me llaman Alek, ¿Tú eres?

—Pues soy Draco y... todos me llaman Draco.— yo sonreí por lo estúpido que había soñado y me limité a ser para nada sarcástica.

-¿Enserio? — el rió un poco y yo le estreché la mano. — Un placer conocerte, Draco al que todos llaman Draco. — dije causando que él volviera a reír.

—El placer es todo mío, linda chica rara a la que todos llaman Alek.— dijo este devolviéndome la jugada.

—¿Te gusta el quidditch?

—¿Siempre hablas tanto?— preguntó él con una sonrisa arrogante.

—¿Siempre te pegas el cabello del cráneo?— pregunté yo con una sonrisa igual mientras miraba su platinado y perfectamente peinado pelo.

—¿Tú sabes lo qué es un cepillo para el pelo?— preguntó acercándose más a mi asiento y apoyando sus codos en sus rodillas mientras entrecerraba los ojos.

—¡Oye! ¡Nací para vivir, no para peinarme! Por cierto, no haz respondido ninguna de mis preguntas.

-Primero que nada, sí, por supuesto que me gusta el quidditch y segundo, no tienes que fingir que no te gusta.— exageró con tono de obviedad haciéndome reír.

—¿Puedo hacerte una pregunta?

—Sí, sí soy así de hermoso, no es tu imaginación, si es lo que te preguntabas.

La Weasley FantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora