CAPÍTULO 2.

147K 9.3K 611
                                    

VALERY.

Rasco mi nuca caminando por el pasillo, mis desnudos pies pisan la fría madera, acomodo mi blusa de mangas y llego a las escaleras, parpadeo algunas veces para mirar más claro y no chocar o resbalar con algo, comienzo a bajar las escaleras, pasando una de mis manos por la barandilla metálica plateada, frunzo mi ceño al escuchar el gran volumen que tiene la televisión.

Papá.

Giro mis ojos, camino a la sala, entro y piso por la alfombra café hasta llegar al gran televisor, un vídeo de una banda de rock.

¿Desde cuándo a papá le gusta eso?

Evito pensar en eso sólo la apago, encuentro unas cartas en la mesa a lado del televisor y las tomo, comienzo a verlas mientras giro mi cuerpo, poco a poco elevo mi vista y las cartas caen a la alfombra café, mis ojos siguen viendo con sorpresa al chico que se encuentra sentado en el sofá más grande, aprieto mis labios sin saber cómo reacciona o decir, él no me mira, como si un fantasma hubiera apagado el televisor y es cuando decido hablar.

-Buenos días...-Balbuceo pero él sólo se levanta del sofá y abandona la sala.

Trago saliva al sentir escalofríos por todo mi cuerpo, no lo había visto, sacudo mi cabeza y salgo rápidamente de la sala dejando las cartas en la alfombra, respiro hondo al llegar a la cocina, por ahora un lugar seguro y cerrado, dejo mis manos en mi nuca y estiro mis brazos a los lados.

-Valery, sólo lograrás que ese gran monstruo te asesine por estúpida.-Me digo a mi misma, rápidamente y muy bajo.

-Val, deja de hablar sola.-Me sobresalto al escuchar la voz de mi padre.

Llevo mis manos a mi pecho y él me mira confundido pero una pequeña sonrisa en su rostro.

-¿Desde cuándo nuestra casa se volvió una de sustos?-Pregunto molesta, él ríe y gira sus ojos.

-Debí pasar por tu habitación y recordarte que ya no somos sólo dos viviendo aquí.-Responde apuntándome, muevo mi cabeza y es mi turno de girar los ojos.

Él camina al refrigerador y toma unas botella de agua, es cuando me doy cuenta que mi padre está vestido para entrenar.

-¿Tan rápido iniciarás?-Pregunto antes de hacer una mueca.

Él asiente sin ponerme atención, ya estoy acostumbrada a ser la cosa invisible de McFreen y Robin, esos son apellidos de mis padres.

-Volveré más tarde.-Mueve su mano en el aire y abandona rápidamente la cocina.

-Suerte y adiós papá...-Susurro desilusionada, quedando sola en medio de la cocina.

~~~~•~~~~

Sigo golpeando la pequeña pelota violeta contra mi pared.

-¡Sabes qué aquí te espero con los brazos abiertos, Ler!-Grita mi mejor amiga por la pantalla de mi portátil.

-No quiero sexo ni alcohol.-Respondo concentrada en tomar y lanzar la pelota.

-Tú te pierdes la diversión, Ler, puedes elegir a cualquier chico o chicos.-Dice pícara.

Niego despacio y giro a mirarla pasando la pelota de una mano a otra, veo a mi mejor amiga, los lentes de sol un poco marcados en su rostro, sus mejillas rojizas, sus pecas se ven un poco más marcadas, y su cabello en una coleta muy despeinada.

-Gracias por la gran oferta, Sally.-Digo con sarcasmo.

-Te dije que de nada iba a servir que te quedarás, no estarías triste.-Dice seria ella, elevo mis hombros fingiendo desinterés.

-Tenía que intentarlo, ya no lo veré hasta que termine mi carrera pero como siempre, le importo poco.-Vuelvo a lanzar la pelota, pero ahora con más fuerza.

-¿Quieres que regrese?, sabes que lo haría sin ningún problema.-Habla ella angustiada por mi estado.

Niego despacio, no le arruinaría sus vacaciones por una pequeña tontería.

-Sigue disfrutando por las dos.-Digo con un poco de burla, ella ríe entre dientes.

-Mejor disfruto por mi, tú nunca disfrutarías mucho.-Sonrío.

Tiene razón, quizás me gusten las fiestas, las bebidas alcohólicas y los chicos pero no en exceso, soy más tranquila mientras que Sally, disfruta en todos los sentidos y hasta quedar completamente satisfecha.

Mi puerta se abre con fuerza, me sobresalto, reacciono rápidamente al ver que la pelota viene a mi dirección, me cubro, pero aún así choca en mi brazo, y hago una mueca de dolor, no escucho la risa de Sally ante mi torpeza.

-Deja de golpear la jodida pared, pareces una niña.-Mis ojos se abren por la sorpresa al escuchar el brusco comentario.

Miro hacia la puerta, encontrando al gran huésped, su expresión es dura, y sus ojos clavados en mi, abro mi boca tratando de decir algo pero su voz todavía hace eco en mi cabeza causando escalofríos, él retrocede los pocos pasos que dio para entrar a mi habitación y cierra la puerta con fuerza.

-¿Quién jodidos es esa bestia?—Jadea, Sally.

Giro mi rostro a la pantalla y veo la expresión de total asombro de mi mejor amiga, hago una mueca.

-El chico de papá.-Digo entre dientes, no quiero que mi voz salga temblorosa.

-Entraste a una gran mierda, Ler.-Dice moviendo su cabeza a los lados.

Giro mis ojos, siento el dolor de mi brazo, miro la zona donde golpeo la pelota, y encuentro una mancha rojiza que pasara a ser morada en algunas horas.

-Gran apoyo, Sally.-Respondo con molestia.

-Siempre, querida.-Resoplo y fijo mis ojos en el techo de mi habitación.

En realidad no sabia que su habitación esta pegada a la mía o que había vuelto no escuché el auto de papá, escucho la risa de Sally, miro de reojo y veo que entró un chico rubio a su habitación, cuando veo que se empiezan a besar, cierro la portátil y me levanto de la cama para caminar a mi ventana.

Quito un poco la cortina y busco el auto de papá, pero esta vacío el estacionamiento, frunzo mi ceño confundida y desvío mis ojos a la pared que antes golpeaba y la misma que comparto con ese.

~~~~~•~~~~~

Papá sigue hablando de el gran contrato y las ciudades que visitaran en la gira por las peleas, yo sigo moviendo mi ensalada de una lado a otro, Sally tenía razón al decirme que nada cambiaría seguiría siendo invisible para McFreen, sólo le importan sus chicos, su equipo y las peleas, yo no entro en sus cosas importantes o favoritas.

-¿Qué le ocurrió a tu brazo, Val?-La pregunta de mi padre me confunde un poco y hasta que miro mis brazos.

Es cuando veo la pequeña mancha morada con rojizo, recordado lo sucedido, elevo mis cejas, y evito mirar a la bestia o cómo escuché que papá lo llamó, tigre.

-Nada.-Respondo indiferente.

Antes de levantarme y dejar completo el plato lleno de vegetales, salgo del comedor y voy directo a las escaleras, sólo quiero que pase rápido estos meses y ya no ver a ese.

INSTAGRAM: @bellalilh
TWITTER: @BellaLilH

TIGRE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora