La de trenza y liston.

T R E I N T A Y O C H O

Los días pasaron y seguimos con nuestra rutina, faltaba un mes para que finalizaran las clases.

Te bese.

Nos besamos.

Y caminamos de la mano.

Dos veces.

Pero seguíamos siendo amigos.

Porque tenías miedo de ser novia de alguien.

Lo admito, yo también. Porque cuando creaba escenas nuestras en mi cabeza eran geniales e irreales, no creí que fueran posibles, porque veía muy lejos la posibilidad de estar juntos.

Pero si éramos novios o no, no era lo más importante porque estaba a tu lado y eso si era lo que importaba.

Por otro lado...

Seguías llorando por las noches y ahí era donde entraba yo... por tu ventana a consolarte.

Porque las heridas no sanan con tiempo, porque realmente nunca sanan, solo esas maravillosas personas son las que las hacen cicatrizar, para que deje de doler, aun así queda marca.