La de trenza y liston.

D I E C I O C H O

—Cuando llegue a casa estaba la ambulancia, pensé que papá se había colocado grave, ya había pasado, pero no era eso, Liam lo interno y lo hiso sin mi consentimiento, también soy su hija, y que él no lo quiera no significa que haya que dejarlo solo.

—Tranquila.

—No puedo estarlo, si muere...

—No digas eso.

—Sé que Liam no quiere decírmelo, pero sé que es así ¿Por qué tuvo que enfermar?

—Dios te ha dado esta vida porque sabe que eres lo suficiente fuerte para vivirla.

—Pero...

—Pero nada, si estás conmigo todo va a estar bien.

Te dormiste en mi cama, llame a tu hermano para avisar que estabas bien. Habías escapado de casa.

Pero mientras estuvieras conmigo todo iba a estar bien, porque yo no permitiría que nada te afectara.

Yo sería tu escudo, tu espada, tu armadura si fuera necesario.

Cada día te quería más.