T R E C E

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Cada vez nos hacíamos más cercanos, cada vez que tu padre empeoraba estaba para ti, cada vez que veía ojeras debajo de tus ojos yo sentía tu dolor. Me gustaba sufrir a tu lado, quizá suena masoquista, pero mi único deseaba era pensarte todo el día, estar a tu lado todo el día, eras lo que alegraba mi día.

Eras lo único que necesitaba para sentirme bien.

Y una parte de mí decía: inténtalo.

Y la otra: no seas idiota, la vas a perder.

Aparte mis pensamientos y me dedique a observarte al otro lado de la mesa mientras recorrías las líneas del libro de la materia que estábamos estudiando.

Desde el día en que te vi me sentí atraído por ti.

Y yo no sabía qué hacer.

¿Debía inténtalo?

Quizá era demasiado pronto.

¿Debía desistir?

¡No lo sabía!

Era muy confuso.

Quería gritar, sacar toda la tensión, estallar en llanto y furia.

¿Cómo se llega a ese punto?

Solo sé que mientras estabas cerca de mí mi corazón latía irregularmente y todos mis problemas desaparecían.

Junto a ti mi realidad se esfumaba.



La de trenza y liston.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora