—West ¡West!
—Lo siento, lo siento.
— ¡Ir en la parrilla de la bicicleta no es muy cómodo que digamos y si conduces así es peor!
— ¡Querías andar en bicicleta!
— ¿¡Y porque no arrendaste dos bicicletas!?
— ¡Pues porque me dijiste arrienda una bicicleta!
— ¡Pero veníamos los dos!
— ¡Okey! ¡No soy un cerebrito como mi novia!
— ¿Con que novia, eh?
—Sí, novia.
— ¿Quién te dijo que era tu novia?
—Pues tú, ayer, cuando metiste el pie en un charco y te quitaste el zapato y no podías caminar así y tuve que llevarte en brazos hasta tu habitación y me obligaste a hacerte leche con chocolate y tuvimos una maratón de películas y me besaste y...
— ¡Tú me besaste!
—Si claro, admítelo.
—Te odio.
—Me amas.
—Te amo.
—No, me amas, espera ¿Qué?
— ¡No lo repetiré!
— ¡Debyyyy!
— ¡West, cuidado!
Y luego de pasar por encima de un skate sin skater y quedar en el suelo, pues te bese.
—Dilo.
—No.
— ¡Debyyyyy!
—Bien idiota, te amo, te amo ¿escuchaste? Te amo.
—Pues yo no a ti.
— ¡West!
— ¡Deby!
—Eres un idiota.
—Tu idiota favorito.
—Agg.
Y bueno ¿Qué decir? Quizás... Deby Collins fuiste y serás la persona más importante de mi vida, porque eres mi complemento y siempre que lo necesites estare para ti ¿Por qué? Porque te amo.
Simple.
Te amo.
Porque me haces sentir completo.
Me haces sentir lo que nadie más.
Me haces sentir enamorado.
Me haces sentir feliz.
Y esto no termina aquí.
Este es el comienzo.
Porque nos queda... la vida por delante.
Una vida junto a ti.
Y eso... pues me gusta.
Mucho.
Y ya.
ESTÁS LEYENDO
La de trenza y liston.
Short Story"Él la quiso desde el principio, siempre, a ella, a su trenza y a su listón".
