—Hola.
—Hola.
—Lo sé, fui un cobarde todo este tiempo.
—No te culpo.
—Y sobre que nos gus...
— Cállate.
—Bien ¿vas a la biblioteca?
—Sí, aunque no es tan divertido si ya no trabajas allí.
—Podría acompañarte
—Bien...
— ¿En qué piensas?
—En que sería buena idea besarte.
— ¿Hablas en serio?
—Te mueres de ganas, admítelo.
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La de trenza y liston.
Historia Corta"Él la quiso desde el principio, siempre, a ella, a su trenza y a su listón".