Final.

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—¡Felicidades, C.J!—casi grité al verlo bajar las escaleras con su diploma. Las manos ya me dolían de tanto aplaudir, me sentía tan orgullosa de él.

Al acabar la ceremonia corrí hacia él y lo abracé fuertemente.

—No puedo creer que lo logré.—dijo al separarnos con una gran sonrisa.

—Te lo mereces, bobo.—sonreí y luego me acordé de algo sumamente importante—Vamos, nos están esperando.

Empezamos a caminar hacia mi auto y ya allí nos dirigimos hacia la casa de Kaely. Al bajarnos, su sonrisa se ensanchó más al suponer lo que pasaba dentro. Antes de si quiera tocar, la morena había abierto la puerta y se había lanzado hacia él.

—Felicidades, tonto.—habló ella con lágrimas en los ojos.

—Gracias, linda.—él pasó sus dejos por el rostro de ella limpiando sus lágrimas y empezó a reír—No seas dramática.—dijo ganándose un golpe de su parte.

—Ya, ya, entremos.—dije.

Hace más de un año que Kaely se había unido a nosotros, así que ahora somos un gran trío (aunque eso suene mal). Ella insiste en que vamos a volver algún día y nosotros le seguimos diciendo que no ocurrirá.

En estos últimos 3 años las cosas habían cambiado mucho. Caleb y yo seguimos siendo mejores amigos, ambos habíamos hablado muchas veces y nos sinceramos el uno con el otro. Nos queremos, en todos los sentidos habidos y por haber, tanto como amigos o algo más, pero ambos habíamos decidido no tener nada hasta estar totalmente seguros. Sí, hemos tenido algun que otro momento pero nada serio por ahora. Aunque, ¿quién sabe?

Lo ví saludar algunos amigos y empezó a charlar con ellos, sonreí al verlo tan alegre.

Últimamente estamos como que somos una pareja pero sin serlo, es extrañamente cómodo. Ninguno hablamos del tema y no quiero hacerlo, siento que se va a arruinar todo.

—Leah.—me llamó sacándome de mis pensamientos.—Ven acá, pequeña.

Caminé hacia él y rodeó mis hombros con su brazo.

—Gracias.—me dijo al oído.

—No fue nada, Kaely tuvo la idea.—le sonreí levemente.

—Es mentira, ella planeó todo.—dijo Kaely pasando por donde estábamos.

Me sonrojé y él rió para luego darme un pequeño beso en la mejilla.

***

—Estoy agotado.—dijo tirándose en su cama.

—¿Tú estás agotado?—pregunté icrédula—¿Y qué me dejas a mí?

—Tú...—me miró—Date una ducha y luego vas a la cama a descansar.

—Sí, papá.—rodeé los ojos y tomé mi toalla para ir al baño.

Mi graduación fue hace unos 6 meses, luego de ella me mudé hacia un apartamente un poco lejos por ello me quedé esta noche, en el apartamento de él.

Al salir de la ducha, lo vi acostado boca abajo y reí bajito para luego caminar hacia la que sería mi habitación esta noche. Luego de unos minutos me acosté ya que no había escuchado ningún movimiento y supuse que se había quedado dormido.

***

Me remuevo en la cama queriendo voltear hacia el otro lado pero algo me lo impide, frustrada abro mis ojos y me encuentro con un Caleb dormido y su brazo en mi cintura. Lo moví un poco pero no conseguí ninguna ayuda de su parte.

—C.J.—susurré.

Escuché un gruñido de su parte.

—Caleb.—dije un poco más alto.

—¿Mhm?

—Muévete, necesito dormir y no me dejas.

Sin decir nada se movió, sí pero conmigo y me recostó sobre su pecho.

—Caleb, ¿qué ray...—no pude terminar.

—¿No te vas a dormir?—preguntó interrumpiéndome.

—Eso quiero pero alguien no me deja.

Escuché un bufido y vi sus ojos abrirse.

—Ven.—habló luego de un rato y se paró.

¿Qué rayos?

—¿Qué? ¿Para qué?—fruncí el ceño—Caleb, quiero dormir.

—Ya que alguien no me deja dormir...—dijo haciendo caso omiso de lo que le había dicho—...Te enseñaré algo.

Lo miré cansada. ¿Habla en serio?

—Sí, sí, en serio.—dijo como si leyera mi mente y me paró de la cama.

Caminamos hacia la sala, me dijo que me sentara en el mueble y que volvía ahora. No pasaron más de 5 minutos y él volvió con su laptop, la cual conectó a la pantalla plana que había frente a nosotros.

—Caleb, no quiero ver películas ahora.—dije haciendo ademán para pararme.

—No, no.—me volvió a sentar—Es que no puedo esperar y ya que alguien no quiere dormir...

—Pero sí quiero.—hice puchero.

—Shh...

—No quiero hacer shh.—dije moviendo la cabeza raramente.

—Leah, has silencio y observa.

Segundos después empezaron a aparecer imágenes. Imágenes de las notas que él me hizo cuando nos conocimos, fotos que nos habíamos tomado cuando nos volvimos cercanos, fotos de él y mías, las cuales no sabía que tenía, también estaban las notas que yo le había hecho, muchas en las que estábamos riendo, viendo películas, ni siquiera había notado que las había tomado.

Mi corazón estaba latiendo muy fuerte y estaba segura de que estaba muy sonrojada en ese momento.

Lo miré y sonreí, no sabía qué hacer.

—No nos pongamos reglas, no seamos algo oficial, no le digamos a nadie si no quieres, no nos pongamos a pensar en el futuro, no nos pongamos límites, no esperemos mucho, solo déjemos que esto fluya. Siempre seré tu mejor amigo y sé que tú siempre serás mi mejor amiga. Ahora mismo no te estoy pidiendo nada pero solo quiero saber una sola cosa.

Mi respiración estaba muy acelerada.

—¿Qué?—susurré.

—¿Siempre serás mi chica de converse?

Para este momento mi corazón latía sumamente fuerte.

—Solo si tú...—intenté calmar mi respiración—Solo si tú serás mi chico de notas.

Él sonrió y se acercó a mí, sus manos acariciaron mi rostros y acercó su frente a la mía.

—Te amo.—dijimos ambos al mismo tiempo para luego sonreír.

No sé cuánto dure, no sé si volvimos, no sé absolutamente nada. No quiero saberlo. Soy feliz así, con él.

Ese de notasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora