Sí, definitivamente quiere golpearlo, la reacción de Sebastián es ponerse erguido para mostrar su altura, pero Jackson no parece nada intimidado.
– ¡Lo sabes! ¡Maldita sea! –habla entre dientes para que el escándalo no sea presenciado por tanta gente, yo solo miro la cara roja del asiático. Nunca lo había visto así– ¡Lo sabes más que nadie, incluso ni siquiera te lo dije, tú lo descubriste!
–No he hecho nada...
– ¡Tú sabes, joder, que le tengo miedo a tus malditos encantos!
–Pero tú también deberías saberlo, no pretendo nada con Vanessa, pero con... –contesta Sebastián y Jackson lo interrumpe agarrándolo del cuello cuando, yo por la sorpresa, doy un grito y éste se le acerca amenazante.
– ¡Sabes que la quiero, sabes todos mis sentimientos por ella y también eres consciente de mis inseguridades! ¡Maldita sea, que la quiero y tú aun así te burlas de mis miedos! – ¿Querer? Jackson me quiere, pero no puedo procesarlo ahora, me escabullo debajo de los brazos de Jackson para quedar frente a él y evitar una pelea más. Lo empujo por el pecho alejándolo de Sebastián quien queda detrás de mí.
– ¡Ya basta! –grito. La respiración de Jackson esta agitada, pero cuando baja su mirada a mi rostro preocupado y furioso, el suyo deja de ser tan rojo, entretanto su mirada se suaviza calmando así también su respiración. ¿Qué acaba de pasar?
–Voy a aprovechar a hablarte ya que estás sereno... –dice Sebastián detrás de mí, pero Jack, no quita su mirada de la mía– ...Sí, admito que me gusta molestarte y ponerte celoso, porque sé que con el único que eres así, es conmigo. Sé que no eres posesivo ni toda esa mierda y claro que sé que la quieres... –siento que mi corazón late suavemente, feliz por esa noticia– ...Es más que obvio. Pero, joder, nunca traicionaría tu amistad. Es más, veo a Vanessa como una gran amiga y yo creo que tú también sabes que me gusta su prima, por eso quise hablar con ella hoy. Pero nunca me burlaría de ti de esa forma.
El silencio recae en la acera, solo interrumpido por los autos pasando. La mirada de Jack sube poco a poco a lo que supongo, es el rostro del rubio. Nos mantenemos así unos largos segundos hasta que por fin deja salir un bufido quitando la tensión.
–Lo siento –dice al fin– No debí dejarme llevar por la rabia.
–Celos –le corrige, dejo una media sonrisa en mi rostro, luego siento la mano de Sebastián en mi hombro– Bueno, aquí como que se supo algo que no se había dicho. Yo me voy para no interrumpir –me doy la vuelta para que el me envuelva en sus brazos y le devuelvo el abrazo– Tomaré en cuenta todo lo que me has dicho –nos separamos y le sonrió.
–Adelante –él asiente y le da la mano a Jackson.
–No vuelvas a ser un idiota. No eres así Jackson –digo severa observando que en su cara se nota la vergüenza.
–Tú no me provoques tampoco –reprocha hasta que suena mi celular y leo el mensaje de mi mamá, mientras ellos siguen hablando. Ella me cuenta que mi cuñada María tendrá un varón, lindo, más niños. Cuando le estoy contestando alguien carraspea, envío el mensaje y levanto la vista para encontrarme con los ojos rasgados de Jackson– Hola.
–Hola –le respondo, ahora si tengo en la cabeza eso de que me quiere. Nunca me había pasado esto de ser correspondida por la misma persona que me gusta y aun no me lo creo.
–Lamento que hayas visto eso de mi...
–Olvídalo, eso es lo de menos –digo para hacerlo entender que quiero que me explique el otro asunto que realmente quiero saber. Él rasca su nuca y trata de no mirarme a los ojos.
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Contra Corriente
RomanceVanessa González, una latina con carácter, busca su independencia como periodista en la ciudad de Buenos Aires; siendo segura de sí misma, sin compromisos y una mente idealista, está preparada para su nueva vida. Sin embargo, existen imprevistos en...