Capítulo 16

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Voy caminando con las perfectas indicaciones que me ha dado Jackson. La cosa es que de nuevo ando a pie por lo de no querer manejar, entonces como estoy consciente de que la casa de Jackson no queda tan lejos de la mía por la vez que lo llevamos hasta su casa con Alejandro y Ana además que, como según él, su lugar de práctica no queda lejos tampoco, no tengo problema. Y sí, queda cerca debido a que puedo ver los autos de los chicos junto a la moto negra y poderosa del asiático, lindas piernas, cabello, brazos, ojos, personalidad, boca. Todo. Me acerco a la puerta y es como una especie de almacén pero bien arreglado, toco y escucho, cuando Elías me abre dejándome entrar, retumba la música a todo volumen en mis oídos mientras él me sonríe.

– ¿Cómo es que escuchaste con tanto ruido cuando toque la puerta? –le pregunto cuando Elías me abre el paso y así entrar.

–Estaba tomando agua. Jackson nos había dicho que vendrías.

–Qué bueno que les haya dicho –digo aliviada mientras él pide mi bolso alargando su brazo y lo deja en un estante. Dirijo mi vista al centro de la sala, observando como Jackson está concentrado hablando al oído de Alejandro, quien tiene cara de asco y Sebastián se encuentra haciendo saltos mortales.

–Cristina y yo nos casaremos dentro de dos semanas –me dice de repente sobre el ruido de la música, lo miro sorprendida.

–Me alegra, pero ¿En serio? –el asiente.

–No tenemos nada que esperar y será solo por la mañana temprano, el contrato por civil y luego nos casaremos por la iglesia. Después será un almuerzo en casa de Cris –encoje un hombro y yo le sonrío– Lo de la iglesia lo hago por ella, yo no soy muy creyente.

–Me parece excelente, eso me hace muy feliz –le doy un abrazo que él me devuelve con una sonrisa. Cuando quiero me vuelvo muy cariñosa– Será en diciembre.

–Si y Cris me mando a preguntarte si estarás aquí en el país, para que vayas –él se acerca al estante y extrae una tarjera azul marino sencilla. La tomo, no esperaba que me invitaran, me siento alagada incluso.

–Si estaré. No podré pasar la Navidad en mi país porque no conseguí como comprar el boleto –le agradezco por la invitación y luego la guardo, me doy la vuelta dirigiéndome hacia Jack y Ale que aún están hablando por encima de la música.

–Fué un poco traumático, pero el señor estará bien –le dice Ale y Jack tiene cara de desagrado, con su rostro muy arrugado.

–Eso me hace acordar la vez que perdí la virginidad, demasiado raro diría yo –le contesta y yo carraspeo incómoda por el tema que tocó y ambos me miran, Alejandro empieza reír y Jack me sonríe abiertamente.

–Creo que ese era un dato que nuestra Vanessa, no quería saber.

–Gracias por leerme la mente, Ale –agradezco mientras Jackson me mira inocente y ruedo ojos– ¿Ya llevan rato practicando? –les pregunto para cambiar el tema, ellos asienten.

–Ya vamos a terminar el paso final, así que puedes sentarte donde quieras –sus ojos rasgados me observan divertidos, miro a mi alrededor y noto que no hay sillas ni lugar para sentarse.

–Claro, en el suelo –digo irónica, sacando mi celular.

–Vanessa bonita –me dice Sebastián la verme, camina hacia mí, pero Jackson lo detiene por el estómago.

–A practicar rubio.

–Ya vas a empezar con tus celos.

–A practicar dije.

–El líder es Elías por si no te acordabas, chino –le dice cruzándose de brazos y haciéndole saber que es mil veces más alto que él.

–Cállense y pónganse que se me acaba de ocurrir un paso –les dice Elías colocándose frente al gran espejo que abarca una pared, justo frente a mí. Cuando los cuatros se posicionan en línea horizontal, desde mi ángulo están de espalda y por esa razón tengo una buena vista de sus lindos traseros. Soy tan afortunada a veces –Cuando estemos en el piso... –los cuatro se agachan–...Alejandro se pone de pie y nos empuja hasta que caemos así... –dice haciendo una demostración mientras se tira en el piso como si estuviese muerto, pero con total estilo– Uno por uno ¿Captaron? –pregunta y todos asienten –Por eso son los mejores, entienden rápido –bromea y yo rio con ellos. Cuando están practicando el paso yo me pongo de pie y me coloco contra el espejo, de esa manera, los veo fijamente.

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