Capítulo 14

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–Abre –dice Fran desde el otro lado de la puerta, ruedo los ojos envolviendo mi cabello en la toalla, me acerco y le abro dejándola pasar –Yo debo de ser una mujer con mucha suerte.

–Hola, yo estoy muy bien prima. También te quiero –digo con sarcasmo mientras la veo caminar hasta la cocina y servirse un vaso de agua con una cara de completa concentración, voy hasta mi cuarto y termino de secar mi cabello – ¿Qué me quieres decir? –no tengo que gritar mucho porque mi casa es pequeña y todo se escucha perfectamente.

–Es sobre Sebastián –cepillo mi cabello y sonrió por instinto –Me intenté hacer la dura ayer, pero terminamos hablando por teléfono.

–No resististe la tentación. Ya sabía yo.

–Es que... –se asoma por la puerta viendo como cepillo mi cabello –Su voz gruesa y ojos azules lo hacen realmente hermoso. Es demasiado guapo –ella suspira mientras yo me doy vuelta para verla mejor.

–No te puedes dejar llevar por las apariencias, lo sabes.

–Supongo que a medida que voy conociendo todo de él, sabré mejor si es tan atractivo y hermoso por dentro, como lo es por fuera –me acerco a ella y limpio una mancha de su mejilla.

–Es así, la belleza no lo es todo –digo sin esperar respuesta mientras noto que me mira pensativa, pudiendo observar que en su rostro, se expande una sonrisa.

–No me conformo con lo que nos dijiste a Tania y mi en los mensajes, quiero detalles de tu cita con Jackson –reprocha Francesca.

–Por favor, no te pongas molesta con respecto al tema –paso por su lado y llego a la cocina – ¿Quieres un cupcake? Siempre los compro cuando voy a hacer mercado.

–Lo sé –le tiendo el dulce, mientras observo como cambia su cara a una llena de total satisfacción al comerlo –Te conozco.

–Por cierto, acabo de hablar por teléfono con él –me hago la desentendida, como si fuese lo más normal mientras también pruebo el cupcake.

–Uh, no me sorprende –me mira pícara.

–Le dije que me llamara; aunque de un modo poco común viniendo de mí... –digo mientras noto su cara expectante ante mi comentario –...De manera coqueta –dije en un murmuro y volví a comer sintiendo la pena apoderarse de mí.

– ¿Coqueteaste? ¡¿Coqueteaste con Jackson?! ¡Este es el fin del mundo! –levanta las manos llevándolas a su rostro con incesante sorpresa.

–Quédate quieta Francesca –me doy la vuelta para servirme agua.

Ella aún me sigue mirando con picardía, acaricia su mentón y yo me distraigo bebiendo de mi vaso lleno de agua. Algo me va a decir, siempre pone esa cara cuando sé que me dirá algo que está pensando y que para mí, son palabras difíciles de asimilar.

–Ya no solo te gusta... –susurra, mantengo mi mirada en sus ojos pícaros y profundos fijos en mí mientras voy bajando poco a poco el vaso dejándolo a un lado –... Ya lo quieres, tú quieres a Jackson –suelto mi vaso haciendo que se parta en pedazos en el suelo, ella aplaude orgullosa – ¡Palabra cierta, lo sabía!

Luego de tomarme por sorpresa y dejar caer el vaso al suelo, no se me ocurre una respuesta convincente ante esa pregunta, así que evitando su mirada, me inclino recogiendo los trozos que se dispersaron en el estruendoso quebrar del vaso. Mientras lo hago empiezo a reír por la carcajada que ella suelta inesperadamente. Creo que mi prima me ha revelado algo de lo que yo no me había dado cuenta, definitivamente, a mí me gusta Jackson y también lo quiero, es algo que no puedo negar. A pesar de eso, quiero conocerlo mejor, las cosas que le gustan o el por qué se vino de Corea a un país latino donde claramente sufre xenofobia. Cuando una persona conoce la realidad de otra, es cuando realmente nace el cariño y el amor.

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