Han pasado tres días y los intentos de llamadas que he hecho a mi familia no han sido contestados. Increíble. Suspiro frustrada y me siento en el mueble con la vista puesta en mi teléfono cuando la llamada se corta de nuevo.
–Vamos... –Susurro, sin querer una lágrima sale de mis ojos e inmediatamente me la quito, yo no soy de llorar, pero esto que me están haciendo se ve realmente serio y me duele. Duele mucho. Guardo mi celular y veo a mi prima salir de la cocina trayéndome algún dulce de los que mi tío compra.
– ¿De nuevo no te han contestado? –Niego con la cabeza y ella hace un puchero.
–Y esta vez fue Carlos... En fin ¿Qué fue lo que te dijo Andrés? –Le pregunto mientras mastico.
–Me escribió ayer y me pregunto que si yo sabía lo de tu novio chino. Y se leyó tan déspota déjame decir –ella mastica y habla con la boca llena– Entonces yo le digo que sí y que me ha caído muy bien...
–Fran por favor traga, apenas y te entiendo –Ella lo hace riéndose.
–Bueno, eso básicamente y me dejo como media hora en azul, al rato cuando me contesta me dice que si no me he drogado como su hermana –uno mis cejas sintiendo molestia– que no iban a aceptarlo de ningún modo...
–Dios...
–Y que si no recapacitas antes de Febrero, que te olvides de ellos –En este momento llevo mis manos a mi cara mientras siento como mis mejillas se mojan por las lágrimas.
– ¿Qué le pasa? Incluso ni mis padres me responden. ¿Crees que eso es justo? Y lo peor es que ni siquiera me lo dice a mí, te lo dice a ti...– Ella se arrima más cerca de mí y me abraza fuertemente.
–Tranquila, tú no vas a dejarlo solo porque a ellos no les gusta sus ojos o lo que sea que nos les guste –Acaricia mi cabello mientras yo trato de no llorar más, ella sigue reconfortándome para calmarme. Es inevitable no sentirse así como me siento; triste y decepcionada de mi familia.
Febrero es mañana y se supone que es el mes en que mi hermano se casa por civil. Me parece una actitud tan inmadura de su parte que ni siquiera me digan las cosas a mí si no que tienen que haber intermedios. Que mierda tan grande. El tiempo pasa y mi tío llega saludándome y al verme el rostro hinchado se sienta a mi lado.
– ¿Qué paso? –Me ve fijamente y yo niego con la cabeza.
–Nada –digo apenas con voz, el chasquea la lengua y me pide mirarlo, cuando lo hago hecha su cabeza a un lado estudiando mis ojos.
– ¿Tus padres siguen molestos contigo? – Uno mis cejas ante su pregunta sin entender.
– ¿Qué?
–Mi hermana me llamo ayer –es increíble que mi mamá lo llame a él y no a mí– Me dijo que te vigile con respecto a los "amigos" que tienes, que están muy preocupados y molestos por ti.
– ¿Ah...? –la duda que crece en mí es muy grande y hasta mi prima no entiende nada– ¿Te dijeron acaso quienes eran esos "amigos"?
–Solo que no estabas con gente conveniente. La verdad no entendí porque tú sales mucho con Francesca y ella no sale con gente extraña.
–Exacto.
–Tío, tienes que saber que lo que ellos están tratando de hacer es que me apartes de una sola persona.
– ¿De quién? –pregunta con curiosidad y le termino contando todo con respecto a que mi familia no aceptó a Jackson desde la primera video-llamada hasta las llamadas que ignoran y los comentarios que Andrés compartió con Francesca– No puede ser... Jackson es el chico de cabello amarillo que es amigo del muchacho que anda detrás de Francesca ¿No?
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Contra Corriente
RomanceVanessa González, una latina con carácter, busca su independencia como periodista en la ciudad de Buenos Aires; siendo segura de sí misma, sin compromisos y una mente idealista, está preparada para su nueva vida. Sin embargo, existen imprevistos en...