Por favor, no me olvides

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  CAPÍTULO 12

Así pasó el tiempo, días, semanas, meses, años. Cartas que iban y cartas que venían. Frases que quedaban guardadas en lo profundo de sus corazones y sus mentes y cada tanto escapaban como flashes para recordarles lo que los unía y lo mucho que se habían llegado a querer
Por más que ellos quisieran no podían vivir aferrados a ese pasado tan emocionante. No podían pretender encerrarse en ese bosque y en esos recuerdos por siempre y aún menos crecer viviendo un inocente sueño de niños. La vida continuaba y ellos debían crecer. Imposible sería olvidar esos momentos, así que se propusieron seguir adelante con sus vidas siempre recordándose el uno al otro y escribiéndose con frecuencia, pero no como lo habían hecho esos primeros años, con el tiempo aprendieron a aceptar esa decisión y vivir a pleno la etapa de la adolescencia.
Liam cursaba el secundario y allí conoció a varios de sus amigos, algunas amigas y otras novias. No tuvo muchas, hasta los 16 sólo había tenido dos pero ninguna le había robado el corazón, hasta que la conoció a ella. Hermosa sonrisa, simpática, divertida, linda sobre todo. Su nombre Sarah. Un nombre dulce que encajaba perfecto con su personalidad. Era algo tímida, recién llegada de Sheffield. Con el tiempo ella y Liam se hicieron muy amigos y un par de años después la chica de la dulce sonrisa se convirtió en su novia. La música nunca dejó de ser su cable a tierra, siempre la solución a sus problemas. Tocar la guitarra era algo que se había convertido en más que su pasatiempo favorito, para él, el mejor momento del día ¿Y cuál era la afortunada con la que demostraba su talento? Ninguna más que la que Tiana le había regalado. La cuidaba más que a nada, ésta era quien le recordaba su feliz infancia junto a ella. Trabajaba en el campo y amaba estar en el lago, refaccionando la cabaña cada vez que algo sucedía. Nadaba y exploraba el bosque y sus secretos, también le gustaba andar a caballo, cuidaba a Sky más que a ningún otro caballo porque a pesar de todo se habían vuelto buenos amigos.
Tia, en Londres terminó de adaptarse a la nueva vida. Llevaba muy bien el secundario: Buenas notas, alguno que otro certificado de honor, podría decirse que era una chica bastante aplicada. Asistía al colegio con Harry, quien tenía cierta popularidad entre las chicas, y por más que ella quisiera negarlo, ambos estaban incluidos en el grupo de los "populares", aunque quién en esa escuela no era famoso por algo, o alguien. No permitía que los humos se le subieran a la cabeza, ni a ella ni a su hermano, como solía pasar con otros chicos. Era amable con todos, jamás olvidaba los valores que le había enseñado su abuela. Las clases de piano y canto que tomaba le habían enseñado a amar y valorar sus talentos. Con el tiempo comenzó a gustarle la danza y la inscribieron en una academia donde aprendería clásico aunque tiempo después se dió cuenta que asistía como pasatiempo. No fue fácil encontrar a su primer novio, no porque no fuese linda, al contrario, era hermosa. Sus ojos color café, su cabello lacio y brilloso, un cuerpo delicado, no muy llamativo y esa sonrisa y su personalidad que la caracterizaban. Justamente por eso estaba rodeada de chicos que pretendían ser más que sus amigos, pero ninguno era de la clase de chicos que ella esperaba. Eran chicos de buena familia, populares en el colegio, algo egoístas, soberbios, un poco cretinos y caprichosos que todo lo que querían conseguían. Ella esperaba a su príncipe azul, aquel de los cuentos que leía de pequeña y está más que claro que esos chicos no eran príncipes. Pero al final, luego de tanto buscar y esperar encontró a alguien. Su primer novio fue uno de los mejores amigos de su hermano: Louis Tomlinson. Era lindo, divertido, popular como Harry pero tampoco le gustaba la idea de serlo. También mantenía sus valores, era responsable e irresponsable a la vez y esto fue lo que volvió loca a Tiana.  



EL ÚLTIMO PRIMER BESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora