La marca en un corazón

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  CAPÍTULO 20

Regresando a casa.

Durante todo el camino a la estancia, observaba asombrada la ciudad, la carretera, los paisajes. Algunos lugares estaban como antes y a la vez eran diferentes. Sentía mariposas en su estómago, pero no entendía por qué. ¿Podía estar nerviosa por volver a ver a quienes tanto quería? El viaje demoró lo suficiente para inquietarla, la ansiedad la torturaba. -Los árboles gritó- anunció emocionada al cabo de un rato. –¿Está todo bien Tiana?- -Perfectamente- Sonrió y dejó escapar una pequeña risa al ver el asustado rostro de William. Ella suspiró y dijo -Ya casi llegamos- -¿Cómo lo sabes?- preguntó Will –¡William me ofendes! Conozco el camino como la palma de mi mano- simuló sentirse herida y ambos rieron –Sólo estaba probándote-
Al fin la gran entrada. Tia se pegó a la ventana, como todo lo que había visto durante el camino, la estancia estaba como antes y también diferente <<Otra vez en casa>>. El chofer estacionó el auto frente a la casa y Will ayudó a Tiana a bajar del auto. Ella sólo admiraba el lugar con una gran sonrisa.
-¿Tiana? ¿Eres tú?- Interrumpió una voz muy familiar. Inmediatamente dirigió su mirada hacia la casa. Allí estaba la poseedora de aquella dulce voz, Clara. Ambas corrieron para abrazarse, ros sus mejillas caían mares de lágrimas -Mi niña hermosa, te extrañé tanto- -¡Clari! No sabes lo que te eché de menos. No podía esperar a verte y abrazarte- Clara acariciaba las mejillas de Tia y secaba sus lágrimas –Estás hermosa, como siempre. Dios, pasó tanto tiempo, creciste tanto...- Ella la escuchaba y sonreía. -Espero que te gusten los cambios y los arreglos que hicimos- -¡Me encantan!- Estuvieron hablando durante un rato y luego ella se dirigió a su antigua habitación. Abrió la puerta, casi todo seguía como antes, aún sentía ese olor a niña, su perfume. La única diferencia notable era la pintura de las paredes -No tocamos casi nada, sólo lo pintamos hace unos meses- -Me gusta, está tal cual como lo dejé- -Si quieres, luego podemos redecorarlo ¿Aún te gustan los ositos y las flores?- -Hmm... Mamá diría "Tiana, esto es demasiado infantil para ti". Pero me gusta y me trae recuerdos así que por ahora la dejaré como está- -Está bien, sólo avísame cuando se te ocurra algo- -Está bien- -Ponte cómoda, sabes que estás en tu casa. Yo debo arreglar unas cosas- -Muchas gracias-
Quería disimularlo, pero no podía. Las ganas la superaban, quería verlo, Liam, era lo único que ocupaba su mente. Años sin verlo porque la distancia los separaba, pero ahora estaba allí y no quería esperar. Salió de la habitación tranquila y caminó hacia la puerta -¡A dónde vas?- La sorprendió William –Saldré a caminar- -¿Quieres que te acompañe?-No es necesario, conozco el lugar- - Cuídate de los niños castaños- -¡Will!- ambos rieron. Caminó hasta el establo, aún no estaba cuando ella se fue, así que recorrió cada parte de este para conocerlo <<No está>> -No aquí cariño- la sorprendió su tía –¡Clara! me asustaste- -Lo siento ¿Lo estás buscando no es así?- -No estoy buscando a nadie- mintió incapaz de no reír, Clara arqueó una ceja y se cruzó de brazos. La conocía muy bien y por supuesto sabía a quien buscaba -Está bien, me descubriste- –Salió temprano, debía ir al pueblo- Ella se desilusionó un poco, tendría que esperar a que regresara –Ok, esperaré. Pero, iré a caminar- -¿Irás sola?- -Sí, no creo perderme- -Está bien, pero regresa para almorzar- -No es más que un paseo, no te preocupes-
Sacó su celular del bolsillo, se colocó los auriculares y comenzó a caminar mientras escuchaba música. Explorar era algo que le encantaba hacer con o sin Liam. Tenía curiosidad de saber cómo estaba el bosque ¿Cambió? ¿Más árboles? ¿Menos? ¿El lago creció? Lo descubriría pronto.
<<No puedo creer que esté aquí otra vez>> era lo que pensaba mientras admiraba su alrededor con una gran sonrisa. Le sorprendía también lo confuso que se había tornado el camino. Reconocía partes del bosque pero la maleza le impedía llegar al lago, se detuvo junto a un árbol <<¡Donde está el lago!>>- Gritó en sus adentros, comenzaba a desesperar –Mejor regreso a la estancia- susurró decepcionada. Dio media vuelta y en el camino tarareaba una canción, la conocía perfectamente pero no recordaba la letra, dirigió su mirada al celular. La lista de reproducción había terminado ¿Por qué aún escuchaba música? <<¿Está embrujado?>> lo miró con temor <<Por favor, qué estoy diciendo>> Se quitó los auriculares, la música seguía en sus oídos -No es mi celular- dijo en voz baja, confundía, la melodía provenía del interior del bosque y sin pensarlo dos veces se adentró en él. Tardó un tiempo en darse cuenta de la dirección en la cual se emitía la música. Estaba cada vez más cerca, se paró de puntitas en un gran tronco, miraba hacia todos lados intentando encontrar a alguien, ver una señal, o algo que la ayudara a llegar donde estaba la música. La letra llegó a su mente y comenzó a cantarla en voz baja... -I want so much to open your eyes. Cos I need you to look into mine... Tell me that you'll open your eyes, tell me that you'll open your eyes, tell me that you'll... ¡Open your eyes!- exclamó complacida. Sintió que alguien respiraba detrás de ella, giró lentamente y se encontró con frente a un caballo que resopló muy cerca de su rostro. Fue todo tan repentino que el susto hizo que gritara y cayera del tronco. La música se detuvo, Tia se encontraba en el suelo con una mano en su pierna mientras miraba con furia a aquel animal que comía tranquilo la maleza.
-¿Estás bien?- alguien preguntó desde atrás -Sí, creo que sólo es un raspón- levantó la mirada y encontró a un chico arrodillándose ante ella y quitando su mano para revisar que estuviera bien –Déjame ver- anonadada asintió. Él delicadamente estiró su pierna y arremangó su pantalón para revisarla. Pudo observar inmediatamente su piel rasgada pero más abajo tenía una cicatriz extraña, la miró con más atención, claramente era un corazón y él conocía sólo a una persona que podía llevarla -¿Ti?- buscó su rostro, ella lo miró a los ojos y su corazón se detuvo –¿Liam?- susurró con el poco aire que tenía.  


EL ÚLTIMO PRIMER BESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora