Way

63 2 0
                                    

Coloco mis audífonos en mis oídos y música inunde mis sentidos, recargo mi cabeza en la ventana de la camioneta de la compañía y contempló a las personas pasar. Aunque ellas no me vean y continúen con los afanes de sus días, por lo menos eso me hace pensar que son más interesantes. Cierro mis luneras, dispuesta a disfrutar un poco de mi soledad. Un día más, un día menos.

--Mina-ssi, hemos llegado.-- La sacudida que hace el vehículo al frenar y la voz de mi agente, hace que me conecte con la realidad una vez más. --Oh, sí claro.-- Retiró la frazada que cubre mis piernas y pasó una de mis manos por mi cabello. Mi estilista toma asiento a un lado y hace retoques a mi maquillaje y cabello. Me acerco a ella y espero a que termine.

Aliso el mini vestido de gala que porto, un asistente me pasa un accesorio para el cabello, además de las joyas que complementan el atuendo. Suspiró tratando de calmar mi corazón acelerado y practico mi sonrisa por milésima vez.

--Mina-ssi, la estaremos esperando en el interior del evento.-- Mi agente, al ver que el responsable del evento esta apunto de abrir la puerta de la camioneta, me da un último vistazo y una sonrisa en forma de apoyo. Asiento y tomo mi bolso de mano.

Una lluvia de flash de cámaras me encandila por un momento, posteriormente un señor canoso vestido de gala me tiende su brazo y me ayuda a bajar del transporte. Lo acepto y después de estabilizarme sobre mis zapatos altos, el señor se retira y yo emprendo mi marcha.

Comienzo sonriente la caminata por la alfombra roja y saludo amablemente a los admiradores y a la prensa reunida. Los encargados me conducen a una pared improvisada con el símbolo de la gala de premios. Enderezó mi porte y alzo una mano en señal de saludo a la prensa ansiosa por tomar fotos de los presentes. Segundos después, me conducen al interior del teatro donde es la celebración. Sonrío y saludo a los admiradores antes de entrar.

Mi agente y estilista salen a mi encuentro, tendiéndome una frazada para cubrir mis piernas, en la mesa donde me corresponde ocupar lugar. Me dan ánimos y de nuevo me dejan dirigirme a dónde están los demás actores estrellas.

Al ver mi nombre escrito en coreano, rápido tomó asiento y saludo con una venía a los actores ya sentados en la mesa. La gala de premios comienza y de nuevo es tiempo de mostrar una sonrisa fingida.

Mis amigos cercanos me dicen que debería estar agradecida y feliz por ser una actriz japonesa aceptada en Corea del Sur, que he trabajado arduamente y que este es el tiempo de recibir los frutos cosechados. Probablemente tengan razón, pero no me siento de esa forma, estoy tan exhausta y enferma de enfrentarme todo el tiempo a lo mismo, desearía cambiar mi vida por la de otra persona. Sinceramente, extraño mi vida antes de ser conocida en Corea del Sur.

A lo largo de la premiación algunos grupos de música nacionales se presentan, cantando sus canciones más famosas. Reconozco a algunos pero de igual manera mi mente está centrada en otro lugar. No deseo estar aquí.

Parece que mi sueño de ser actriz no me ha durado mucho, estoy dudando de todo y mi mente está por explotar. Solo necesito un descanso, un reposo que nadie entiende. Percibo mis ojos llenarse de lagrimas que amenazan con escurrir; menos mal que los presentes están ocupados en sus teléfonos celulares o hablando con sus agentes.

De pronto me siento en un abismo oscuro, un foso en el que me hundo más y del que no hago nada por escapar. Inclinó mi cabeza y muerdo mis labios, esto se siente tan real. De pronto un tenue rayo de luz ilumina mi rostro, se aleja y hace que estire mis brazos para alcanzarlo y lograr tomar su calidez.

El rayo se aleja una y otra vez, corro a él. En ese momento abro mis ojos y me levanto de mi asiento. Divisó a una banda en su presentación musical y por un momento veo en el vocalista principal, el rayo de luz que había en mí mente.

Song fiction Donde viven las historias. Descúbrelo ahora