Las siguientes dos semanas habíamos ido a cualquier lugar posible con Lucas, había ido al aeropuerto a pedir boleto libre, tenía hasta dos meses para poder usarlo, si se pasaba de la fecha, el pasaje vencería y sería un gasto que me costó mis ahorros, desperdiciado.
Todo iba más que bien en nuestra relación, nos veíamos prácticamente casi todos los días. Almorzamos juntos, merendamos juntos, caminamos de la mano, era amoroso conmigo, todo lo que siempre deseé, me sentía muy feliz por ello, aún no terminaba de creer, sentía que vivía en un sueño relacionado con el amor.
En tanto a la relación con mi madre y mi padrastro, iba mejorando, no de la manera que yo quería, pero iba mejorando, incluso habíamos salido los cuatro a cenar unos días atrás, como toda pareja tenían sus momentos de pelea, pero ya no había más golpes en la relación, y eso me lo habían prometido ambos.
El problema en esos momentos era mi abuela, se la pasaba el resto del día llorando y gritando, decía que se había cansado de vivir como vivía, con mi tío, según ella decía que sus nietos les rompía todo, no la dejaban descansar e incluso le robaban dinero, quién no se sentiría mal al vivir en una casa donde te desprecien.
Dentro de todo las cosas iban bien, pero era muy perfecto para ser real...
Una semana después de aquella noche en la que mi madre quiso entrar a mi habitación, entré al Twitter de Lucas y me había llevado la sorpresa de mi vida al ver una foto. Era él en una discoteca con Candela, la abrazaba de atrás con sus manos rodeando su abdomen y ella muy feliz sujetándole las manos, me había sentido muy mal, lloré noches por ver esa foto, pero no le había dicho nada a Lucas con respecto a eso, siempre me guardaba mis celos, nunca quería decirle cuando algo me molestaba, simplemente para evitar peleas. Lo único que sí le había preguntado era hace cuanto tiempo que ellos llevan como amigos, y la respuesta de él fue: hace tres meses o más.
Desde ese día que no dejo de pensar en ellos, en su amistad, temía por su amistad, sabía perfectamente como era Lucas con sus amigas: no existía amiga a la que él no haya besado o con la que no se haya acostado. Y también, por otro lado, sabía muy bien como era Candela, y mas aún estando borracha, se dejaba llevar, no era consciente de lo que hacía y no le importaba un puto carajo si eras mujer o varón al momento de besarla, no es que yo tenga un problema con su orientación sexual, pero eso jodía bastante al momento de tener a algún amigo que te parezca lindo o que lleves meses deseando un beso de él, y que ella, en una simple noche, logre hasta follárselo. Era totalmente desesperante esa situación, y lo que me jodía la puta mente todo el puto día era que ellos podían estar en algún rollo, y eso cabreaba, y mucho. Pero de ninguna manera se lo diría a Lucas, lo dejaría pasar, si se lo decía posiblemente comenzaba a gritarme o decirme cosas como: ¡¿Es que no confías en mi?! o ¡¿Me tratas como un cualquiera?! ¡¿Qué clase de amiga eres que piensas así de tus amistades o incluso de tu pareja?!.
-Pues permíteme comentarte algo, confío en ti plenamente, pero fui tu 'mejor amiga' dos años y 11 meses, y en esos dos años y 11 meses lo único que me has demostrado es que te gusta follar con tus amigas, con las amigas de tus amigas y con cualquier perra que se te cruce en tu camino.-
En todo este lío yo no era una santa, en absoluto, siempre que quería o podía me enrollaba con algún que otro tío cuando nosotros éramos simples amigos, pero eso era aceptable hasta el momento, no me acostaba con ningún otro chico, no me metía con los amigos con los que estuve, no era una cualquiera y lograba controlarme a pesar de que en algún momento haya estado cachonda hasta explotar, y además, estaba soltera.
Hacia tres días que Lucas estaba distante, apenas me escribía, de suerte me llamaba, ya no nos veíamos, faltaban seis días para mi cumpleaños, para la fecha más odiada por mí, en todo ese tiempo había logrado evitar los bajones que me suelen dar a la noche para esas fechas, gracias a Lucas, todo eso por lo que estaba pasando lograba mantener mi mente ocupada en otra cosa, sí, me puse mal, sí, lloré mas de tres noches seguidas, pero en esos momentos era por otra simple razón: Lucas.
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Amor enfermizo.
Romance- Lucas..- dije casi en susurro. - Dime, nena.- me dijo él. - ¿Por siempre y para siempre? - le pregunté, pensando en si lo que le había preguntado lo respondería de la manera que yo quería. - Por siempre y para siempre. - dijo sin más, y me besó.