Capítulo 6

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*Narra Elisabeth*
-Vaya historia bisa...-dije sorprendida-no sabía que aterrase tanto...
-Pues ya sabes, haz caso a tu bisabuela y ve con cuidado -completó mi bisabuelo
Asentí y les di un beso a ambos en la mejilla, subiendo al cuarto para prepararme. Abrí el armario y miré la ropa. Tenía tanta ropa y tan poco que ponerme...
Estuve mirando continuamente vestidos y de más, hasta que logré el conjunto perfecto.
Un vestido negro de escote corazón y falda con volantes, con unos zapatos de tacón con hilos brillantes en el enganche y, como hacia algo de frío, unas medias.
Me miré al espejo y sonreí peinandome
-Hoy será una gran noche -afirmé

Tras prepararme, bajé, cogí el bolso con lo necesario, me volví a despedir de mis bisabuelos y salí de casa. Al cerrar la puerta y girarme, vi a Aaron, y me asusté
-¿¡p-pero eres imbecil o qué!? ¡Casi me da un infarto!-chillé
-Relájate -Dijo entre risas- sólo vine a buscarte. Ángel nos espera con su novio
Sonreí un poco y ambos fuimos a la Plaza Fonte.
-Por cierto, ¿qué querías decirme antes?-Pregunté curiosa
-Cada cosa a su momento-dijo sin dejar de mirar al frente
Su actitud cada vez me preocupaba más, estaba distante y distraído. Llegamos con Ángel y Jorge, que, como de costumbre, estaban besándose
-Buagh... -Dijo Aaron
-Aguafiestas, dejales-dije dándole un suave puñetazo en el brazo
Al oirnos, la pareja se separó y sonrió algo colorados
-Perdonad chicos...pero tardabais tanto que...-Dijo Jorge
-No te preocupes, estáis en vuestro derecho -añadí
Los cuatro nos pusimos a andar un rato, cogiendo copas. Yo solo cogí un mojito junto con aaron, y Jorge una cerveza, Ángel por otro lado, no bebió, sino que se encargaría de llevar a su chico a casa.
Por lo general, nuestras fiestas son bestiales, pero Jorge siempre se perdía de vuelta, o yo, y alguien tenía que llevarnos, con lo que alternadábamos.
Aaron me cogió del brazo y se paró
-Lisa...yo...tengo que decirte algo...-Dijo nervioso
-¿El qué? -Dije medio ida
Él empezó a acercarse a mi. Notaba su respiración pausada, mis latidos se aceleraron, oh, ¡por dios! ¿¡iba a besarme!?
Cuando nuestros labios rozaron, una extraña sombra nos separó y corrió hacia el bosque. Yo caí de espaldas y Aaron igual.
-Ay...-dije dolida
-D-deja que t-te ayude...-Dijo levantándose con esfuerzo.

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