Aventura Sobre Herraduras

Capítulo 15

Busqué por toda la casa y comencé a asustarme.
-¡yato!-gritaba buscando
Estaba muy preocupada... No había forma de encontrarlo.
Decidí salir al jardín donde estaba el animal. Me monté y salimos en su busca. Pensé que estaría donde le encontramos.
Tras un largo rato cabalgando, le encontramos. Estaba arropado mirando su altar.
-yato...-dije etristecida- ¿qué haces aquí de nuevo?pensé que querías estar fuera...
Él negó, se giró y me miró a los ojos.
-Lisa... ¿me olvidarás?-preguntó él con la mirada llena de pena
No entendí a qué venía esa pregunta. No sabía que responder. En ese momento, me agarró la mano y se dispuso a besarme y yo hice lo mismo. Los dos nos dimos un beso tierno cuando de repente el caballo se puso a dos patas y golpeó a Yato.
-¡Yato! -exclamé
No pude hacer nada cuando el animal salió corriendo cual bala de pistola. Comenzó a atacarle sin cesar y Yato no se defendía. Estaba petrificada por el miedo y no sabía que más podía hacer.
Cuando cesó, corrí junto al dios. Estaba malherido, ensangrentado, lleno de heridas y moratones. En mi mente, un pensamiento oscuro de impocentia y culpa surgía. Le abracé, llorando y, cuando traté de levantarle, me cogió de la camisa y dijo susurrando:
-Lisa... No merece la pena... pronto...me olvidarás... y desapareceré...
-no... yato no digas eso... v-volveremos a casa los dos juntos... te lo...
Antes de poder terminar la frase, me besó y correspondí. Poco después, dejó de reaccionar.
Había muerto... definitivamente el amor de mi vida murió... ¡por mi culpa! ... un momento... ¿por mi culpa...? no... ¡por culpa de ese animal!
Dejé el cuerpo sin vida de Yato en el suelo y me levanté enfurecida. Ese animal ... no pensaba perdonarlo por esto.
Me fui de la cueva notando que me seguía y, pidiéndole a gritos que se quedase allí, el me desobedeció.
Pensaba vengar la muerte de Yato, costase lo que costase...