Capítulo 4

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En cuanto mi bisabuela no necesitó más mi ayuda, subí a darme una ducha calentita. Entré en el baño y conecté el grifo, quitándome la ropa. No me dí cuenta de que iba aún en pijama.¡Qué despiste! Bueno, daba igual, sólo me vieron ellos.
Entré en la ducha, que gozada. El agua caliente recorría mi pelo, mi cuerpo, hasta llegar al desagüe. Cogí el champú y me lavé el pelo. Seguidamente, me aclaré e hice lo mismo con el gel, echándolo en una esponja.
Como de costumbre, me puse a cantar mientras me aclaraba. Una canción que estaba componiendo Aaron y que me encantó cuando la oí.
Poco después, apagué la ducha y salí poniéndome el albornoz de color grisáceo. El vapor de agua cubría los azulejos azules del baño y los espejos de los lavabos.
-¡Elisabeth cielo, a cenar!- gritó mi bisabuela desde la cocina
-¡Enseguida voy!- la contesté de la misma forma
Me sequé y bajé a cenar poniéndome una camisa larga y la ropa interior. Comenzamos a cenar sin decir palabra. ¡La sopa que prepara mi bisabuela está tan rica que te deja sin palabras!
-¿Tienes planes para esta noche?-preguntó mi bisabuelo
-Iré con Aaron y Ángel a la Plaza Fonte y de ahí a dar una vuelta -respondí
-Ve con cuidado hijita-dijo preocupada mi bisabuela
Últimamente ocurrían cosas muy extrañas en el pueblo. Se rumoreaba que había un alma oscura, muy veloz, a la que nadie había podido atrapar. La gente dice que puede ser un demonio, o un espectro que debora los cultivos, pero yo no lo creo así.
Sí, me tiene intrigada, pero si solo ataca a los cultivos tampoco he de preocuparme demasiado, si secuestrase niños o matase sí, pero los cultivos...
Por suerte, nosotros nunca lo habíamos visto por ningún lado, lo cuál no lo creíamos.
Incluso,llegamos a pensar que eran imaginaciones del viejo Marco, el Marine retirado del pueblo. También conocido como el loco del pueblo.

Aventura Sobre HerradurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora