Capítulo 11

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Salimos. Al fin aire puro... He de decirlo, estar en aquella cueva me estaba dando claustrofobia...
En caballo se detuvo y me bajé y ayudé a Yato a bajar. Se tropezó un poco y ambos reímos.
-Vaya... Todo es tan...colorido y...-Dijo ilusionado
Yo le sonreí y le cogí la mano guiandole. Parecía un niño pequeño, mirando y curioseando todo lo que había a mi alrededor.
-Ya casi llegamos a Ammacond -le dije
-¿Ammacond? -Preguntó
-Sí, ahí es donde vivo yo
Se le puso una sonrisa de oreja a oreja
-Oye, ¿puedo verte como eres? Sin esa capucha-le Pregunté
Él negó y me dijo que cuando fuese el momento, le vería sin la túnica. Que raro era, pero buena gente a fin de cuentas.
Salí del bosque junto a ellos dos y Ángel corrió a abrazarme
-¡Lisa!
-¡WHA!... ¡A-Ángel!-dije riendo
-¿Dónde estabas enana?-preguntó Aaron-¿y ese quién es?
-Ay Aaron... No te pongas sobreprotector. Chicos, él es Yato. Yato, ellos son Ángel, Jorge y Aaron-les presenté
Los tres chicos se saludaron, pero Yato no. Debía tener la posición de Dios subido a la cabeza, así que le obligué a saludarles.
Los cinco fuimos a la Plaza Fonte mostrando al nuevo el pueblo. El caballo nos seguía a distancia, no dejaba de mirarme y yo le sonreía.
-Oye, ¿y de qué le conoces?-preguntó Aaron
-Me llevó el caballo hasta él -respondí
-¿Sabes si es de fiar?-preguntó de nuevo
-Sí... Estas muy raro...-respondí con desconfianza
Odio cuando se pone como si fuese mi padre. Para mi es como un hermano, pero me sobrepotege demasiado y no le entiendo.

Aventura Sobre HerradurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora