Epílogo

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Epílogo

POV ALEXANDER

* 5 años después *

No podía creerlo, justamente hacía un año de que me había graduado con honores en la Universidad de California con una licenciatura en Filosofía y Letras, y hoy veía cómo se formaba una fila para comprar mi segunda novela.

La primera que escribí fue publicada por una editorial pequeña, y ahora esta se había convertido en una de las más importantes, y me da un gran honor decir que yo fui parte de eso, mi trabajo como editor consiste en estructurar y pulir las obras que han escrito los demás, y es algo que me apasiona, además de que en mis ratos libres escribo.

Sostengo el pequeño libro entre mis manos, y estamos hablando de más de 250 páginas, "Lo que ella se llevó" se titulaba. Y mis amigos, que aún seguía viendo no necesitaban ser unos genios para saber de quién hablaba.

Después de la graduación nunca más la volví a ver, simplemente desapareció de mi vida, y sólo un mes después recibí una carta en la que me explicaba por qué no podíamos seguir manteniendo el contacto. Aún dolía, no podía evitarlo, ¿Cómo se puede olvidar a la persona que alguna vez amaste más que a ti mismo? Debía dejarla atrás, mierda, lo sabía, pero realmente mi corazón se aferraba a la idea de que ella regresaría, pobre iluso, no se da cuenta de que Jennifer no lo haría.

Los otros me aconsejaron cambiarla por otra, al parecer Ashley era la única que lo entendía, pero al menos con ella seguía en contacto.

Mi asesor de publicidad me indicó que ya era hora de abrir las puertas, le di un gesto de afirmación y unos segundos después tenía a un montón de mujeres y hombres esperando poder conocerme para que les firmara sus libros.

Estaba muy agradecido por haber llegado a tanto, pues publicar un libro siempre había sido mi meta, y lograrlo es simplemente asombroso, bueno, alcanzar tus metas por ti mismo siempre lo es. Así que trataba de ser lo más amable con mis amigas y fieles lectoras, sonreírles era lo mejor que hacía, y estaba al tanto del efecto que tenía mi sonrisa en ellas.

Johana, Allison, Marcela, Mónica, Chris, Thomas, miles de nombres pasaban por mi cabeza, y se quedaban plasmados en la primera página del libro junto con un pequeño agradecimiento escrito por mí.

— Johnson, otro marcador, por favor— le indiqué a mi asistente.

El me lo pasó pronto.

— ¿Cuál es tu nombre dulzura?— pregunté mientras abría el libro sin mirar hacia la chica parada frente a mí.

Si no hubiera estado tan ensimismado lo habría notado primero, me habría dado cuenta.

— Mi nombre es Jennifer, pero me gustaría que lo firmaras con Jenn...— habló ella.

Esa voz. Mi corazón empezó a latir desenfrenadamente, y cuando miré hacia arriba sus ojos se encontraron con los míos y pude sentir una chispa de electricidad cuando rocé sus dedos.

Era ella. Ella había regresado...

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"Nunca podría olvidar aquellos ojos, y el conjunto de sentimientos que encuentro cuando veo en ellos, cuando observo detenidamente y me encuentro a mí mismo.

Y eso es lo mejor de estar enamorado, y de que la persona te corresponda, te das cuenta de que ambos viven por el otro, que se vuelven uno al momento de amarse, y aunque suene ridículo decirlo... no pueden vivir sin el otro, si éste se va, el otro queda vacío."

Fragmento de "Lo que trajo de vuelta", escrito por Alexander Wate.

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— ¿Te gustó?— pregunté impaciente esperando una reacción por parte de ella.

Ella me miró, y una sonrisa se formó en sus labios cuando me miró.

— ¿Es enserio?— alzó su ceja — ¡Me encanta, Alex!— brincó a mis brazos y me dio un profundo beso.

Ignoré que ahora mi libro estaba en el suelo, eso no importaba, en una semana habría miles de ellos circulando por el país, y si tenía éxito quizás sería traducido a otros idiomas.

— Aún no puedo creer que hayas escrito sobre mí— me confesó aún colgada en mis brazos.

— ¿Es inusual? — Asintió sonrojándose, era tan tierna —Es que eres la persona más importante en mi vida Jennifer — su sonrojo se intensificó.

Se bajó lentamente de mi cuerpo y entonces tomé su mano y la guié al mar.

Estábamos disfrutando de una tarde para nosotros solos en la playa. Después de que  me pidiera que le firmara el libro que estaba evidentemente escrito para ella le rogué que nos viéramos más tarde, y aceptó.

Ya había pasado un año de eso, y no podía estar más feliz de tenerla de nuevo a mi lado.

La detuve justo en dónde el agua nos cubría medio cuerpo, y fue ahí en donde saqué una pequeña cajita de mis pantalones.

— Jennifer Alexandra Summers, mi hermosa novia y sexy ingeniera, ¿quieres hacerme el honor de convertirte en mi esposa?— saqué el anillo que tanto me esforcé en conseguir para que fuera perfecto.

Ella estaba atónita, y de sus ojos salían lágrimas de alegría, y asintió.

— Si, acepto— y entonces me besó, justo después de colocar el anillo en su dedo.

Fin.

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Les juro que estoy llorando, soy demasiado sensible chicas, lo siento.

Es muy difícil dejar ir a estos personajes, son como mis bebés, y esta es la primera historia que escribo que me gusta realmente, si, tienes errores y en algún momento falta de congruencia, pero eso se arregla , porque en sí la esencia y lo que quise transmitirles es lo que me importa.

Todavía me faltan los agradecimientos, pero esos vendrán más tardes.

Pero hoy, 17 de diciembre, el día de mi cumpleaños número 15, doy por terminada esta historia.

Las amo, espero que les haya gustado, adiós, nos vemos en los agradecimientos.

-Ponycornia Salvaje, fuera.

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