Capitulo 48 Arreglando las cosas

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― ¿Cuál?

― Elizabeth borrar todos tus recuerdos, será como si jamás hubieras nacido, te dará otro nombre, otra vida.

― Mis recuerdos ―dice está mirándome fijamente luego desvía la vista a sus manos nerviosa― te daré mis recuerdos, pero... quiero que a cambio de ellos. Me perdones y me trates como antes.

― Lo intentare, te lo prometo. Muy bien ―miro a Elizabeth quien asiente y se acerca a Karle, este se coloca de pie y la mira fijamente.

― Borrare toda memoria que tengas, pero aun así recordaras las simples cosas de la vida, como la lucha tus vidas antiguas vidas, tus poderes y tus terrenos. Eso no lo olvidaras. Olvidaras que fuiste la guardiana de Galatea, olvidaras a Alison y a todos los que conociste.

― Esta bien.

― Cierra tus ojos ―esta lo hace sin antes mirarme y asentir hacia mí. Elizabeth alza sus manos y de ella desprende uno pequeños hilos escarlatas que comienza a remolinar en la cabeza de Karle con simetría. Luego de unos segundos retira sus manos y comienza a hablarle:

― Karle, hada del este abre tus ojos ―esta lo hace y en esos distingo un nuevo color, su verde es mucho más vivo, casi como el pasto en primavera.

― Eres una Laila ―dice abriendo aún más sus ojos, esto me trae a el día en que la encontré tirada en el suelo casi muriendo en la cuidad de new york, cuando le dijo exactamente esas palabras.

― Así es, soy Elizabeth y estas en la sala de trono de tu reina Galatea.

― Majestad ―dice mientras se aparta de Elizabeth y se inclina ante mí― es un honor estar en su presencia.

― Levántate ―le ordeno miradora― No te arrodilles ante mí.

― Esta bien su majestad.





La noche de invierno golpea fuerte este año, suspiro mientras me abrigo más con la chaqueta de cazador que mi madre Taylor me ha traído de la tierra, como cumplí con mi palabra. Después de que todo el reino estuviera en orden de nuevo le pedí encarecida a Elizabeth que la trajera, su sorpresa fue enorme pero aún más la mía cuando la vi atravesar los jardines del castillo. Corrí hacia sus brazos y nos quedamos un tiempo así, luego le enseñe el lugar y a los guerreros. Rohan fue el más feliz al verla ya que realmente llegaron a enamorarse.

Rápidamente se acoplo al lugar y por fin me dejo ver sus libros, algunos son sobre Rohan y yo, a lo largo de la vida en la tierra y otros es sobre antiguos hechos históricos de mi pueblo; que realmente nos caen a la maravilla ya que el rey de Xantho se encargó de quemar todas las bibliotecas existentes del reino. Otros es sobre el futuro... pero esos aun ni me los deja ver, aunque ahora tiene que escribir en máquina de tinta. Ya que en mi tierra aún no tenemos luz eléctrica.

― Deberías implementar algunas cosas modernas ― me sugiere mi madre mientras comíamos junto con los demás guerreros.

― No madre―niego mirándola fijamente― mira cómo los humanos tienen su mundo por tantas cosas modernas.

― Pero eso te llevaría a superar el país.

― No quiero, ma ―suspiro― en serio no quiero que mi pueblo progresara. Pero en paz con la naturaleza, no destruyéndola.

― Son palabras sabias ―responde Rohan colocando su mano en la mía― te apoyo en eso Galatea

― No sé si vomitar o admirar su Melo seria ―comenta Ceriali comiendo, yo estallo en carcajadas.

― Duramos 16 años siento padre e hija, que esperabas.

― Que se llevaran como perros y gatos.

― En realidad si son muy buenos amigos ―concuerda Taylor mirando a Ceriali.


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