Capitulo 41 [Tratando de no morir]

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Joshua me toma de la mano y me conduce al ala este del castillo de aquí en adelante reconozco el camino a la perfección. Lo miro de reojo y veo su rostro claro por primera vez, su cabello negro está un poco desordenado y largo, sus músculos resaltan en su fina ropa y sus ojos están mucho más azules de lo que recuerdo.

― ¿Qué miras? ―Me reprocha sin quitar la vista del camino, yo niego y sigo caminando. Comienzo a buscas detalles en el castillo. Pero este, esta tétricamente silencioso

Seguimos caminando hasta toparnos con las escaleras de caracol que utilizaban o aun utilizan los empleados. Él se hace a un lado y me deja pasar de primera, subo los escalones rápido hasta llegar a tercer piso, me hago a un lado para que este siga conduciendo el camino, y a decir verdad no me sorprende ver que me lleva a mi habitación.

Abre con cuidado las puertas, primero metiendo su cabeza para cerciorarse de que n haya nadie dentro del lugar. Saca su cabeza y asiente abriéndola por completo y haciéndose a un lado para que entre. Entro y enseguida me quedo en el lugar al ver mi habitación; esta tal cual la deje. Lo único que camia es la colcha que cubre la cama; azul su color favorito.

― Me pareció que era mejor dejar las cosas como tú las tenías ―comienza a decirme mientras yo camino hacia mi tocador―digo, ya que todo el castillo está encantado y no deja quitar ni un solo cuadro de su lugar.

Ignoro por completo a Joshua, paso con delicadeza mi mano por mis cosas, a pesar de todo... no tiene ni una sola gota de polvo.

― Las criadas siempre limpiaban todo ―me dice acercándose detrás de mí.

― Todo está igual ―asiento desviando la mirada esta vez al espejo, veo mi reflejo. Eso es lo único que ha cambiado― menos yo... tengo la apariencia de...

― ¿Los humanos? ―responde Joshua por mí, asiento veo sus ojos atrás vez de su reflejo en el espejo.

― Así es ―respondo dándome la vuelta y caminando fuera de su mirada.

― ¿Cómo es que estas viva?

― Es una... larga historia ―respondo tratando de pensar en cómo demonios voy a recuperar a Rohan y Elizabeth.

― Pues... creo que tenemos mucho tiempo ―me contesta tomando mi mano, yo volteo y lo miro. Este me brinda una pequeña sonrisa tímida. Eh, haba olvidado que le gustaba... pero ¿32 años y aún le atraigo? Extraño...

― No creo que tenga mucho tiempo ―respondo evasiva pero este me toma con fuerza la mano y me tira con delicadeza hacia él. Coloco mi mano en su pecho para evitar quedar totalmente pegada a su cuerpo.

― Podemos tener todo del mundo que queramos, Galatea ―vuelve a decir penetrándome con su mirada y acercándome más a él. Trato de poner distancia entre nosotros con mi mano pero este es mucho más fuerte que yo― Eres tan hermosa siento humana.

― Soy una hada ―le reprocho― una hada como todas esas que tu padre a matado sin piedad.

― Sabes que jamás he estado de acuerdo con mi padre.

― Deberías ser el rey, ¿no crees? Tienes 32, tu pueblo siempre pasa el poder a los 25 ―cambio la conversación tratando de distanciarnos un poco pero no consigo lograrlo.

― Seré rey, y tú vas a ser mi reina ―siento su cálido aliento en mis labios, miro sus ojo y luego bajo la mirada. Estoy tremendamente intimidada.

Este alza mi cara tomando mi mentón, obligándome a mirarlo fijamente.

― Tienes unos ojos hermosos ―este se acerca más a mi boca. No, me niego a besarlo; jamás.

Siento como su mano se tensa en mi espalda mientras trato de alejarme de apoco de él, miro sus ojos. El color ha cambiado ¿Pero qué demonios? Pero, el reflejo de algo plateado en el espejo me distrae miro así el y observo una fina daga que empuña Joshua.

Actúo por instinto y me agacho rápidamente alejándome lo más posible de él.

― Vamos, hagamos esto rápido... Así no te dolerá tanto ―me dice bajando su mano y caminando hacia mí. Desvió un poco la mirada de mi captor y observo una pequeña espada en la puerta del balcón, no lo pienso dos veces y doy un giro en el suelo me levanto saltando la cama para tomar la espada.

Veo a Joshua quien se quede en el lugar en el que acabo de estar. Comienza a mover su cabeza y mirando la espada.

― Jamás podrías vencerme con eso.

― Si te acercas más te juro que te arranco la cabeza del cuerpo con esto ―lo amenazo levantando la espada con ambas manos.

― No serias capaz de hacer eso ―dice mientras comienza a caminar hacia mí.

― Tu padre te está manipulando ―comienzo a decir tratando de poder entrar en razón― Sé que no quieres hacer esto.

― Pues tiene razón ―asiente sin dejar de caminar― parte de mi quiere quitarse ese traje de humana y tirarte a la cama... tal vez deberíamos disfrutar un poco antes de que te mate.

― Jamás estaría con tigo, ni porque mi vida dependiera de ello ―le escupo con asco haciendo que este se detenga de pronto y me fulmine con su mirada.

― Te matare de una sola vez ―responden con odio lanzándome la daña directamente al pecho, reacciono y me hago a un lado esquivándola, pero esta me alcanza a cortar un poco el brazo derecho― pudimos a ver gobernado juntos, si me lo hubieras implorado.


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