IV

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-Me vas a dejar por lo menos sacar mi libreta o algo mientras esperamos o tampoco puedo distraerme un poco- digo claramente molesta.

-Puedes sacarla. Pero no lo digas en ese tono que parece que te estoy obligando a hacer algo que no quieres- se ríe sarcásticamente y saca su móvil de nuevo.

No se de dónde estoy sacando tanta paciencia.

Saco la libreta y leo todas mis notas e historias que hay escritas en aquellas hojas. En estos momentos no puedo concentrarme mucho. En lo único que puedo pensar ahora es en lo que tengo pensado hacer cuando lleguemos a Sol. Tengo que tener valor y sobre todo estar tranquila hasta entonces. No me puedo alterar ni asustar o si no, se que no seré capaz de llevar a cabo el plan.

Bueno, "el plan". Que solo quiero librarme de un tío de mierda que me está molestando, me siento como si fuese una espía del gobierno o algo parecido... Pero es que no se me ocurre otra forma de poder librarme de él. Está la opción de gritar, pero se que la gente me tomaría por loca, así que queda descartada.

También puedo alertar a Asier y Alicia, pero conociéndoles estoy segura de que pasarán también de mi. Así que no me queda otra que arriesgarme.

Cuando ya hemos pasado Nuevos Ministerios, nos avisan que la próxima parada será Sol. Respiro hondo mientras Marcos guarda su móvil.

-Esta es nuestra parada. Vamos- me dice.

-No- le contesto tajantemente.

-¿Perdona?- se ríe incrédulo.

-Te he dicho que no voy a ir a ninguna parte contigo, pesado- noto como los nervios empiezan a abrirse camino por todo mi cuerpo, pero puedo controlarlos.

Marcos se vuelve a sentar y se acerca a mi. Me aprieta el hombro con su mano izquierda y me dice muy bajito -He dicho que venias conmigo y eso es lo que vas a hacer- me aprieta más fuerte y me empieza a doler de verdad el brazo. -No me obligues a usar la derecha.

En ese momento el tren desciende su velocidad y noto como el miedo vuelve a apoderarse de mi. No. Ahora no puede pasarme esto a mi. ¿Dónde está todo el valor que tenía pensado sacar?

Marcos sonríe y me obliga a levantarme, todo disimuladamente. Como si nada estuviese pasando. Como si solo fuésemos una pareja feliz que va a pasar una agradable tarde de verano por el centro de Madrid.

Esto se me esta yendo de las manos. No ha salido nada como yo pensaba que iba a salir. Estoy demasiado asustada. Podría gritar pero... no, la gente no me tomaría en serio. Tan solo iba a quedarme sentada sin moverme y esperar a que se cansase de mi, ya que si me obliga demasiado a levantarme la gente por fin se daría cuenta que algo raro pasaba. Pero no contaba con que Marcos me pudiese obligar de esa forma tan discreta y dolorosa.

Agacho la cabeza y comienzo a andar.

Estamos a punto de salir del tren cuando alguien a nuestra derecha nos detiene.

-Creo que ella no quiere ir contigo a ninguna parte- dice el chico del skate.

Abro los ojos como platos y miro a Marcos. Ambos se miran directamente a los ojos con odio, el cual no parece que sea repentino. Es como si diese la impresión de que hay una historia detrás de todo este odio.

-Apártate de mi puto camino Adrián y deja a mis asuntos y a mi en paz.

Me quedo helada al oír a Marcos decir aquello. Le ha llamado Adrián...

Adrián, el skater, se acerca mas a él. -Déjala en paz y vete con tus putos amigos delincuentes. No me gustaría partirte la cara aquí delante de todo el mundo y con tantas cámaras vigilando. ¿De verdad crees que merecerá la pena arriesgarse tanto por una chica? Con tus antecedentes no creo que sea lo mejor para ti en estos momentos- dice Adrián plantándole cara y sonriendo irónicamente.

Las puertas están a punto de cerrarse y Marcos mira a su alrededor aterrado. -Ya tendrás noticias mías capullo- dice.

Y entonces me suelta el brazo y sale rápidamente del tren unos segundos antes de que las puertas estén completamente cerradas. Le sigo con la mirada hasta que el tren se vuelve a poner de nuevo en marcha.

Mi respiración se entrecorta. La gente nos mira sin saber qué es lo que acaba de ocurrir entre estos dos chicos, cosa que me pone más nerviosa.

Necesito sentarme y analizar la situación.

Me siento en el primer asiento que encuentro y comienzo a llorar en silencio. He estado a punto de irme con un gilipollas a saber donde y con quien más. Lo estaba dando todo por perdido y encima podría haber sido perfectamente un secuestro... ¡y nadie estaba haciendo nada para impedirlo!

Bueno, nadie menos...

-Eh, ¿estás bien?- dice alguien a mi izquierda. No quiero levantar la cabeza ni apartar las manos de mi rostro. No me gusta que me vean llorar, aunque sea en estas circunstancias. Me gustaría agradecerle lo que acaba de hacer por mi, pero contengo mis ganas de hacerlo.

Asiento sin mucha energía.

Noto que Adrián se sienta en el asiento de mi izquierda. No me toca lo mas mínimo, pero entonces noto su mano en mi hombro.

No dice nada. Si no fuera porque sigo demasiada asustada me moriría de la vergüenza.

-No... no se cómo- susurro. Dudo que me haya oído, pero entonces él me dice -Déjalo, no tienes que dar explicaciones, tranquilízate. Ese tío es un imbécil, no tendrías que haber hablado con él pero lo has hecho y ya está, no hay vuelta atrás. No le conocías y es normal que te hayas dejado llevar, pero ya se ha acabado todo. Intenta olvidarlo.

No se cómo tomarme sus palabras. Han sido un poco duras y eso me ha molestado, pero supongo que me lo merezco. Ésta es una clara lección de que no tengo que confiar ni hablar con nadie desconocido.

Lloro aun mas. Todo en mi vida está saliendo mal. Esto ha sido la gota que colma el vaso. Para una vez que le intereso a un chico, tiene que ser un loco.

No le digo nada más al skater y se levanta de su asiento.

-Me vuelvo a mi asiento- hace una pausa. Sigo sin mirarle a la cara. -En serio, toma este consejo. Olvídate de todo de lo que ha pasado e intenta superarlo lo antes posible. Marcos es... una mala persona y un capullo pero te vas a encontrar a gente así toda tu vida. No tendrías que ser tan floja o sino la gente acabará... siempre por encima de ti, como acaba de pasar...- y con eso, se va.

Como extraños en un trenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora