Capítulo 10

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Al día siguiente de la discusión con kyu me levante temprano porque me vinieron a buscar dos hombres, los reconocía, eran los típicos encargados de los esclavos.
-Vamos esclava apúrate tenemos trabajo para ti y no tenemos todo el día.- dijo el más alto y el más rudo a simple vista.-
Una vez que estábamos en camino para ir donde las esclavas comunes me dijeron que tendría que limpiar el piso del salón y de las otras habitaciones de la casa, luego que termine eso tendré que ayudar en la cocina, para finalmente entregarle la comida a kyu en su mesa. No fue fácil limpiar el piso de todas las habitaciones yo sola y con solo un pequeño escobillón. Tampoco lo fue ayudar en la cocina, casi no podía hacer nada de lo que me pedían porque todas me pedía que hiciera algo y al mismo tiempo, sentía que mi cabeza explotaría y finalmente llegó el momento de entregarle la cena a kyu, no estaba cien por ciento preparada para volver a verlo.
-Buenas tardes señor kyu, de entrada tenemos para usted una sopa de vegetales.- puse el plato en frente de él, me miro de forma despectiva.- espero que lo disfrute señor.
-Si te fueras creo que la podría disfrutar más esclava.- su enojo se podía palpar en toda la habitación.-
-Ya escuchaste esclava vete ahora.- uno de los hombres que me fue a buscar a la mañana me agarro fuertemente del brazo y jaló de mí, como me dolía le reclame y el solo me tiro del pelo y más fuerte del brazo.-
-¡¡Yo me puedo ir sola, por si no te has dado cuenta animal!!
-¡¿A quién llamas animal asquerosa esclava?!- levanto su mano para pegarme pero un grito de kyu lo alerto.-
-¡¡Por Dios déjenme comer en paz!!

Así fue como me fui de ahí hacia la cocina, las chicas me miraban asustada y con sus bocas tapadas, por lo que me dijeron nadie nunca en ese lugar había sido así tratada, todos se trataban con respeto y kyu las trataba de la misma forma, todas sentían pena por mí pero yo les explique que era normal para mí, mi dueño anterior era incluso peor, les mostré mi espalda para que vieran lo atroz que era y una solo con cara de enojada me dijo, debió de ser porque eres pésima esclava, le respondí amablemente de que ella no tendría que opinar porque si fuera buena ella ya tendría su carta de liberación y no estaría aquí con nosotras.

De verdad este día era muy cansado, cada vez que iba a cambiarle el plato a kyu este se quejaba cada cinco segundos de algo, se quejaba de mi presencia, solo le faltaba quejarse de que consumía mucho aire cuando respiraba, me daban unas ganas de matarlo pero obviamente no podría, aparte de que siento un leve cariño por el, más que nada pena que cariño, tenía a esos dos grandulones atrás mío.

El momento que más he odiado en mi vida, tengo que prepararle el baño a kyu, eso significa tal vez verlo desnudo o semi, no sé, ni siquiera sabe que yo soy la encargada, porque se supone que la esclava a cargo le dolía demasiado la espalda, así que me tocó a mí, que felicidad más grande, ¡¡yuju!!. Siento un ruido y me percato que es kyu.

-Bueno Margaret supongo que ya dejaste todo listo, ¿dejaste el agua muy caliente o no?- se había quitado la camiseta cuando se dio la vuelta se estaba desabrochando el pantalón, cuando me doy vuelta.-
-Señor por favor no se siga quitando sus prendas de vestir, deje terminar y me voy, por si acaso yo no he visto nada.- kyu tenía una cara de asombro, por Dios después de todo casi lo veo denudo, menos mal se me ocurrió voltear y decirle.-
-¿Qu...qué haces tú aquí?
-Pues a Margaret le dolía mucho su espalda y como soy la nueva quieren que haga todo por ellos, por lo que me mandaron pero no te preocupes ya termine por lo que ya me retiro señor kyuhyung.- agarre las últimas cosas y estaba dispuesta a irme cuando lo escuche.-
-__, yo...yo quería decirte qué...

No lo esperé más y me fui, no estaba de ánimos para escucharlo, no quería saber nada de él por hoy, no quería nada más este día, quería solo ir a mi cuarto y descansar, no sin antes ducharme, me sentía cansada y mis músculos me pedían a gritos un baño con agua caliente para que se pudieran relajar, sencillamente todo era un desastre. Pasando por el pasillo a mi habitación pude ver como una de las esclavas abrazaba a otra mientras esta estaba llorando a mares, simplemente me acerque pero ambas me miraban con cara triste y la que estaba llorando se puso a llorar mucho más, en ese momento no entendía por qué lloraba tanto, cuando llegue a mi cuarto lo supe...estaban esos dos hombres grandes esperándome sentados en mi cama.

-¿Qué hacen aquí?, ¿les puedo ayudar en algo?
-claro que sí esclava, ¿por qué te empeñas en ser tan dura?
-¿qué?- no entendía nada, solo me limite a quedarme callada a esperar a que él se expresara.-
-Me refiero a tu actitud esclava, ¿por qué te haces la valiente, la dura? Ya deja eso, el papel no te queda.- dijo acercándose hasta mi el más grande de los dos.- pero tranquila, eso llegará a su fin hoy, maldita esclava de porquería.- el otro más bajo que el primero me agarro de los brazos y me apretó un sector entre el cuello y el hombro, luego vi negro.-

Cuando desperté sentía frío y húmeda mi espalda, sentía como si agua estuviera recorriéndola, cuando pude ver mejor me pare y revise el lugar, era oscuro, frío y se notaba mucha humedad, revise el piso y era de piedra, se veía sangre, toqué mi espalda y me di cuenta de que mi espalda era la que estaba sangrando, ahí fue cuando entendí todo con mucha más claridad, eso estúpidos me había dado latigazos, por eso esa esclava lloraba, era porque no estaban acostumbradas a ver este tipo de cosas, o a tan solo saberlo, esto solo podía significar...la vez que me vendieron fue el mismísimo purgatorio y ahora estaba en el mismísimo infierno.

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