capítulo 15

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Estaba dirigiéndome a la cocina, desde ayer que no comí y estaba muerta de hambre.
-__...- dijo Amanda, Julieta se dio la vuelta y vi como sus rostros se iluminaban.-
-Hola chicas, ¿cómo están?- Cogí una manzana y le di un mordisco.-
-¡¡__!!- todas las esclavas gritaron, Amanda y Julieta venían corriendo hacia mí para abrazarme, sentí como me comenzaban a rodear pero nunca sentí sus manos en mi espalda, veo a las chicas retroceder con susto.-
-Ni se les ocurra tocarle la espalda, ¿han oído todas?- dijo kyu con un tono autoritario.-
-Vamos kyu, estoy bien, de verdad.- me di la vuelta para encararlo y darle una de mis mejores sonrisas.-
-Entonces haz lo que quieras.- dijo algo molesto kyu.-
Las chicas se me volvieron a acercar junto con Margaret y me abrazaron, di un respingo por el ardor que me daba al sentir la tela del vestido directamente en mis heridas.

-¡¿Ves?! ¡¡Te lo dije!!- kyu les retiro las manos de mi espalda sin brusquedad.-
-Ya kyu, ni que fuera la primera vez que siento este dolor.- todos se quedaron callados en la cocina:- pero si es verdad, así que tranquilas no pasa nada.
Termine de comerme mi manzana y la tire a la basura, salí en dirección a mi cuarto. Cuando llegue me tiré en mi cama y kyu llegó dando un portazo al cerrar la puerta.
-Escúchame __, entiende, para mí no eres una simple esclava ¿sí?, por lo que quiero que no vuelvas a sufrir y mucho menos ese tipo de dolor, así que te pido por favor que pongas un poco de tu parte también.- vi la cara de kyu y era de pena, claro que desde ahora pondría de mi parte, pero él también me tiene que entender, le guste o no.-
-Claro que desde ahora pondré de mi parte kyu, no es fácil para mí de un día a otro pasar a que no le intereses a nadie a que ahora le intereses a alguien, que siempre te quisieron dañar a que ahora te quieren cuidar, son cosas de toda un vida que no van a cambiar de un día para otro kyu, por favor entiéndeme también a mí.- lo miré con una cara que reflejaba mi tristeza.-
-Claro que lo haré __, desde hoy te juró que trataré de entenderte y de protegerte, ¿sí?
-Claro que si kyu, gracias.- me dio un beso en la frente para luego acariciar mi mejilla.-
-Ahora quiero hablar algo contigo __, algo serio.- me senté en mi cama al igual que él.-
-¿Sobre qué sería?
-Sobre Rosalie.- trague saliva fuertemente, no estaba preparada para hablar de ella con él.-
-¿Qué quieres?
-¿De dónde se conocen?- dijo fríamente kyu mirándome a los ojos, al parecer él podía leer el lenguaje corporal.-
-Ella ya te lo dijo, yo era esclava en una de su amigo, de vez en cuando la veía ir a visitarlo.
-Está bien __, ahora dime la verdad, porque esa ni tú te la tragas.- suspire resignada, creo que tendré que contarle toda la verdad.-
-Te contaré la verdad, espero que me puedas creer, porque al parecer la Rosalie que conoces tú yo no la conozco.
Comencé diciéndole cómo me amo me maltrató esa noche, kyu cerró los puños fuertemente cuando le conté que Jace había sido el que me dio latigazos esa noche. La parte en que Rosalie y Jace se habían acostado en la cama del señor a reírse de la muerte de este, pero casi se le cae la cara cuando le conté que la muerte de este no había sido coincidencia, sino que Rosalie y Jace habían planeado todo para obtener el dinero del señor, kyu no se explicaba el porqué de sus actos, pero procedí a explicarle que Rosalie era la prometida del señor, Kyu estaba impactado con lo que relataba. Después de contarle toda mi historia con Rosalie me pidió que le hablara de mi vida. Le dije que desde que nací estaba condenada a ser una esclava, cuando ya podía comenzar a hacer cosas, como doblar la ropa o poner la mesa comencé con las tareas, eso significa que debería de haber tenido unos 5 años, después con el paso del tiempo mis tareas fueron creciendo, ya no era sólo ordenar la ropa, sacudir de aquí por allá, no, ahora era preparar comida, eso fue como cuando tenía 10 años. Cuando cumplí los 13 años, comenzó lo peor, comenzaron los trabajos forzados, aquellos que ninguna esclava quería hacer, solo lo deberían de hacer esas llamadas putas, pero si le sociedad se enteraba de que te habías metido con una de ellas eras como si tuvieras la peste negra, nadie te quería cerca y todo tu ímpetu o poder si iba a la mierda, obviamente la gente no quiere eso, por lo que es mucho más fácil hacerlo con una esclava a la cual le das unos simples latigazos después y todo se acaba. Cuando tenía 14 años se los pude contar a mis padres, ellos con impotencia fueron a reclamarle a nuestro amo, lo que terminó en la tortura de mis padres, quedándome con él hasta un año después. A los 15 años me subastaron y a mis padres, nos compró una familia muy adinerada, la cual siempre tenía fiestas, si bien no me castigaban tanto como antes cuando lo hacía eran mucho más duros, una vez estuve una semana encerrada en mi cuarto, atada de pies y manos a la pared, no me daban alimento y con suerte me podía parar, sólo me daban agua para que no muriera. Los padres de mi ex dueño murieron, por lo cual su hijo paso a ser mi dueño, el cual también me ocupaba como si fuera una puta, si bien me daba a veces menos trabajos que a las demás me hacía pasar ese sufrimiento, no como a las otras. Mis papás enojados trataron de defenderme de nuevo pero ahora los dos fueron asesinados. Kyu veía como tenía los ojos llorosos y los nudillos blancos de tanta fuerza que aplicaba en ellos. Luego pasó que llegó Rosalie, siempre me miró en menos, pero no me importaba...y bueno, el señor aún me seguía tratando como una puta, luego pasó su muerte y me vendieron y así fue como llegué hasta donde estoy ahora con kyu.
-Vaya, nunca pensé que tendría que haber pasado por tanto __.- dijo kyu mientras dejaba caer sus lágrima, me partía el corazón verlo así y fue como yo también comencé a llorar.- pero no te preocupes __, porque desde ahora en adelante ya nunca más tendrás que pasar por eso, te lo prometo.- junto sus labios con los míos, seguí el movimiento de sus labios, me recostó en la cama con sumo cuidado sin dejar de besarme, se separó y me hizo cariño en mi mejilla.- nunca más, tenlo por seguro.- entonces supe que su forma de cerrar su promesa era dándome un beso en los labios.-

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