Seis

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Después de un tiempo Ari accedió a venir nuevamente a la alberca, ya se encontraba considerablemente bien, pero aun le faltaba aire a la hora de nadar, así que gran parte del tiempo se dedico a observar como nadaba.

Cuando veníamos de regreso a mi casa, Ari escucho truenos, y después de un rato comenzó a llover. Luego comenzó a diluviar.

Ari me miró.

-No voy a correr si tú no lo haces.
-No voy a correr.

Caminamos en la lluvia. Ari me miraba.
-¿Lo puedes soportar?
Sonreí.

Lentamente caminamos hasta mi casa. En la lluvia. Empapados.

Cuando llegamos papá nos hizo ponernos ropa seca. Le presté a Ari de la mía. Bajamos a la sala y mi padre nos dio un sermón.

-Ya sé que Dante no tiene un gramo de sentido común. Pero Ari, pensaba que tú eras un poco más responsable.
Papá me estaba haciendo pasar vergüenza frente a Ari, así que traté de interrumpir un poco.

-Ya parece, papá.
-Apenas se recuperó de la influenza, Dante.
-Ya estoy bien - dijo Ari mientras agachaba la cabeza-. Me gusta la lluvia.
-Lo siento.
Papá puso su mano en la barbilla de Ari y la levanto.
-Chicos de verano -dijo.
Entramos a la cocina y puse agua para té.

Ari me preguntó si papá alguna vez se enojaba.

-No se enoja con mucha frecuencia. Casi nunca. Pero cuando sí se enoja, trato de manterme fuera de su camino.
-¿De qué se enoja?
-Una vez tiré todos sus papeles.
-¿Hiciste eso?
-No me estaba poniendo atención.
-¿Cuántos años tenías?
-Doce.
-Así que lo hiciste enojar a propósito.

-Algo así.
Ari comenzó a toser y le dí su té.

Nos sentamos afuera en el porche. Era una noche bastante fría y oscura. Se sentía ese ambiente de nostalgia, de extrañar algo que parece lejano, pero no tienes idea de que es.
Pronto comenzó a granizar. Era hermoso. El petricor era fuerte y el ambiente nos tenía en resilencia.

Le dí a Ari un golpecito en el hombro.

-Tenemos que conversar sobre algo
-¿Conversar?
-Una charla
-Platicamos todos los días
-Sí, pero... Quiero decir una charla.

-¿Sobre qué?
-Sobre, ya sabes, cómo somos. Nuestros papás. Cosas así.
-¿Nadie te dijo jamás que no eres normal?
-¿Debería aspirar a eso?
-No lo eres. No eres normal- Negó con la cabeza- ¿De dónde saliste?
-Mis papás tuvieron sexo una noche.
-¿Cómo sabes que era de noche?
-Buen punto.
Estallamos en risas.
-Está bien -dije-. Esto es serio.

-¿Es como un juego?

-Sí
-Yo juego
-¿Cuál es tu color favorito?
-Azul
-Rojo. ¿Auto favorito?
-No me gustan los autos.
-A mí tampoco. ¿Canción favorita?
-No tengo una. ¿La tuya?
-<<The Long and Winding Road>>
-¿<<The Long and Winding Road>>?
-Los Beatles, Ari.
-No la conozco.
-Gran canción, Ari.
-Juego aburrido, Dante. ¿Nos estamos entrevistando el uno al otro?
-Algo así.

-¿Para qué estoy solicitando el trabajo?
-Mejor amigo.

-Pensaba que ya me habías dado el trabajo.

-No estés tan seguro, cabrón arrogante.

Me incline hacía él y lo golpee. No muy fuerte.
Ari se empezó a reír.

-Linda boquita.

-¿No te gustaría a veces levantarte y gritar todas las groserías que has aprendido?

-Todos los días.

-¿Todos los días? Eres peor que yo.- Miré el granizo-. Es como nieve cabreada.

Eso lo hizo reír.
Negué con la cabeza.

-Somos demasiado buena gente, ¿sabes?
-¿A qué te refieres?
-Nuestros papás nos volvieron chicos buenos. Lo odio.
-No creo ser tan bueno.
-¿Estás en una pandilla?

-No.

-¿Tomas drogas?
-No.
-¿Bebes?
-Me gustaría.
-A mi también. Pero esa no es la pregunta.
-No, no tomo.
-¿Tienes sexo?
-¿Sexo?
-Sexo, Ari.
-No, nunca he tenido sexo, Dante. Pero me gustaría.

-A mi también... ¿Ves lo que te digo? Somos buenos.
-Buenos- dijo-. Mierda.

-Mierda -dije.

Y empezamos a reír como locos.

Pronto el día dejo su tristeza y se hizo fresco. Todo parecía tan maravilloso y en paz. Quería ser como el mundo en ese momento, sentirme parte de eso. Me levanté del porche y me pare en la banqueta. Levante los brazos al cielo. De verdad quería pertenecer. Se sentía realmente bien. Era un momento inefable. Quería conservar este sentimiento el resto de mis días.

-Todo... Todo es tan malditamente hermoso- dije y me gire hacía Ari.- Vamos a caminar.

-Nuestros tenis.

-Papá los metió a la secadora. ¿A quién le importa?
-Sí, ¿a quién le importa?

Comenzamos a caminar por la banqueta mojada. Me sentía parte del momento. Pero pronto me llene de melancolía.
Empecé a murmurar.

-Nos vamos por un año.- dije finalmente.

-¿Se van?

-Sí

-¿Por qué? O sea, ¿cuándo?
-Mi papá va ser profesor visitante por un año en la universidad de Chicago. Creo que les interesa contratarlo.
-Eso es estupendo.

-Sí.

Arí sonaba tan frió. Como si no le hubiera interesado un poco. Eso me puso realmente triste. Pero a la vez eso me hacía feliz, tal vez así aprendería a no hacerme ilusiones. Aunque fue un golpe.

-Suena muy bien. ¿Y cuándo te vas?

-A finales de Agosto.

Ari sonrío.

-Qué bien.

Otro golpe.

-Te la pasas diciendo <<qué bien>>
-Pues lo está.
-Sí, lo está. ¿No estás triste de que me vaya?

-¿Por qué habría de estar triste?

Combo breaker. Ahí se van todas mis ilusiones.

Quería lanzarle mi peor mirada. Quería llorar. Gritarle que me lastimaba. Que realmente me gustaba.

Eres un maldito cubo de hielo Aristóteles. ¡¡¡Un maldito cubo!!! ... Quería llorar. Realmente lo deseaba. Pero no pude, algo dentro de mi, me lo impedía.

Finalmente hablé.

-Mira- dije. Señalando un pájaro en medio de la calle.

-Se va a morir.
-Lo podemos salvar.

Camine hasta la mitad de la calle e intenté levantar el pájaro. Estaba tan triste y enojado que no puse mucha atención. Estaba siendo egoísta respecto a mis sentimientos.
De pronto...

-¡Dante!

"La noche de viento y tormenta
Que la lluvia se llevo
Ha dejado un charco de lagrimas
Llorando por el día
¿Por que me dejas plantado aquí?
Muestrame el camino . 

Muchas veces he estado solo
Y muchas veces he llorado
De cualquier forma tú nunca sabrás 
La cantidad de caminos que he intentado tomar. "

   -The Long And Winding road, The Beatles.



Aristoteles Y Dante Descubren Los Secretos Del Universo (Versión Dante)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora