Viajando a... ¿El mismo lugar?

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Solo podía ver luz. Una luz tan fuerte que me cegaba. Por un momento, no pude ver más allá, pero, lentamente, fue desvaneciéndose la blancura tan calma que me envolvía, dando paso a una cara, una cara sin rostro, sin facciones, y sin identidad, sumergida en una capa negra, que parecía estar fabricada del mismo manto negro con que estaba hecha una noche sin luna...

Desperté con un sobresalto. Parecía haber corrido unos tres kilómetros, mi corazón palpitaba con mucha fuerza, y un fuerte dolor de cabeza que se estaba anexando a la fiesta.

En todo lo que podía pensar en ese momento era en cómo en las últimas semanas había caído inconsciente más veces de lo que lo había hecho en toda mi vida. Las cuales eran cero, en las obvias circunstancias normales de una anterior vida normal.

Aunque sentía que con cada latido de mi corazón acelerado, mi cabeza iba a explotar en cualquier momento, me alegraba encontrarme en mi habitación, en casa.

Incluso cuando sabía que momentos antes había estado en la cocina, teniendo una deliciosa cena con mis padres y "comiendo" llamas de fuego mientras disfrutaba de una deliciosa ensalada, que tenía de saludable lo que mi madre de astronauta —aunque, quien sabe, con todo lo que había sucedido, igual y hasta se iba a pasar los fines de semana a la luna, sin tener yo ni idea—, y aunque sonaba extraño y estúpido en mi cabeza, era exactamente lo que había ocurrido.

Diablos. Estaba sucediendo otra vez.

Ese simple atisbo de mi pasado de hacía solo unas horas fue lo que me indujo a recordarlo todo, a recordar la espantosa visión que me había abrumado, y posteriormente noqueado.

Los hombres con máscaras negras que cubrían sus caras, una voz que taladraba los tímpanos, y que parecía martillear la psique misma en cada sílaba, una figura cubierta con una capa que parecía hecha de las más negras sombras, que se tragaba la luz por completo, y que con un movimiento de su mano enguantada, convertía en cenizas a su mensajero.

Mis manos, mis labios, ambos empezaron a temblar, un frío sudor se deslizó por mi espalda, y apareció también en mi frente. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal.

¿Qué diablos estaba sucediendo? ¿Qué demonios iba a pasar ahora?

Me incorporé en la cama y froté mis ojos, aun sabiendo que la migraña no se iría de esa manera; e iba a volver a tirarme en la cama a reflexionar sobre mi existencia, cuando escuché pasos y voces en las escaleras, apresurados, más que de costumbre. Me alegró comprobar, escuchando atentamente, que eran mi padre y mi madre, y no alguna clase de gnomo gigante con capucha y ganas de asesinarnos.

Me levanté de la cama y salí de la habitación, ubicada en el tope de las escaleras, y no bien salí, un gélido frío se abrió paso hasta lo más íntimo de mis huesos, haciéndome castañear los dientes de manera incontrolable casi instantáneamente. El viento soplaba dentro de la casa como si se tratase de un campo abierto, en el exterior, y no bien pude ver la sala allí abajo, noté cómo volaban de aquí a allá libros, objetos raros y muebles de toda clase. Una especie de líneas brillantes color azulado, y a veces amarillo luminoso cubrían las ventanas que daban hacia afuera, formando símbolos, complicados glifos, y lo que parecían ser runas antiguas, todos hechos de la más pura luz, titilando suave, lenta y casi imperceptiblemente, pero de forma constante y sin apagarse; yo, que no me podía creer lo que estaba sucediendo, solo podía pensar en un poco de sol, en una chaqueta bien calentita para contrarrestar tanto frío, y ya que estamos, un gato hidráulico para subir mi mandíbula desencajada de regreso a su posición original. Era un poco extraño el cómo, después de todo lo que había hecho y visto en los últimos días, aún me impresionaba lo que mis padres eran capaces de hacer, tejiendo y destejiendo la realidad con sus manos y esas palabras en aquel idioma que aún no podía del todo entender, pero que aparecía en la mayoría de los hechizos que había encontrado en ese libro familiar lleno de cosas mágicas.

La Elección: Lucien es "Diferente" - @VermudezgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora