El Guardián del Guardián

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-¡Hey! ¡Hey, despierta! ¿Qué te ha pasado? ¿Estás bien? ¡Mi madre! ¿Cómo es que has logrado sobrevivir?


Todo lo veía borroso, y sentía un horrible dolor en todo el cuerpo. Lo último que recuerdo es que estaba dirigiéndome a Salem...


Espera, estoy en Salem. Y... Y me he estampado contra el pavimento por culpa de esa cosa, eso es lo que ha pasado.

Intento incorporarme, y a duras penas lo logro, pero en seguida un horrible dolor en el hombro izquierdo y en la columna vertebral me hace soltar un quejido.


-¡Hombre, claro que te duele! ¿Cómo demonios has sobrevivido de una caída así? ¡Estás casi hecho polvo!


Ahora que veo mejor, sé de quién viene la voz hiperactiva que me habla. Parece la de un adolescente, como yo, no parece tener más de 15 años. Me encuentro efectivamente con un asustado e hiperactivo chico. Es delgado y con cabello naranja, con chaqueta naranja y jeans, y se retuerce las manos como si fuese un tic nervioso. Tiene la cara a centímetros de donde estoy, como si estuviese examinando cada contusión que tengo.


-Sabía que había hecho mal en venir solo, ¡Si tan solo Priscilla estuviese aquí! -a mi mirada interrogativa, explica- ¡Ella emplea magia de curación, podría curarte ahora mismo! -dice levantándose y caminando de un lado a otro.


El sonido de mis huesos encajando donde deben encajar le distrae de sus cavilaciones, y lleno de sorpresa, voltea hacia donde estoy tirado. Mi cara está contraída por el dolor que provocan las fracturas regenerándose, las heridas cerrándose y expulsando todo material o pedazo de asfalto que haya quedado incrustado en mi cuerpo. Siento cómo mi columna vertebral toma de nuevo su forma original, quebrantando y rehaciendo huesos y tejidos, cómo la piel de mi brazo se va cerrando, apretando, mientras que mi hombro dislocado vuelve a su lugar con un chasquido y un corrientazo. Luego de la parte interna, todo mi cuerpo, mi cara, brazos, piernas, todo en su parte externa vuelve a tener débil piel. Intento levantarme, todavía es incómodo, pues el proceso de sanación no se ha llevado a cabo completamente, pero al menos puedo moverme un poco. No tenía idea de que la magia pudiese llegar tan lejos... Mis propios poderes me han salvado la vida hoy. Pero... Hace falta completar el proceso con un hechizo de sanación, y... ¡Necesito saber quién es ese chico!


Busco mi pequeña bolsa, extraigo el un espejo y el Grimorio Familiar.


¡JODER! ¡Sí que tengo mala pinta! Toda mi cara está destrozada, llena de sangre y desfigurada. Mi nariz doblada hacia la izquierda, empieza a tomar su rumbo normal. ¡Debo hacer rápido el maldito hechizo!

Al abrir el libro, busco un hechizo de curación básico. El chico solo observa atentamente. Intento hablar, pero con mi cara en ese estado, apenas puedo respirar normalmente, así que mejor termino el hechizo primero.


-Ah, ya veo... Espera, ¿Eres un Garde? ¡Eres un Garde!


Asiento con la cabeza un poco y me concentro en buscar el hechizo de curación. El dolor de cabeza regresó, así que voy con cuidado.


- "Tsuminatra Corpus Et Vero, Phesmatos Sanithas Animae", "Tsuminatra Corpus Et Vero, Phesmatos Sanithas Regrettio", "Spirithas Corpus Et Vero, Phesmatos Sanithas Animae"...

La Elección: Lucien es "Diferente" - @VermudezgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora