39.

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Lo prometido es deuda:3

Narra Lily.

Damon me ayudó a subir las maletas en su respectivo lugar y luego se sentó junto con Evelyn y conmigo.

Miré por la ventanilla y vi como poco a poco nos elevavamos; Damon se encontraba en el asiento del pasillo, Evelyn creaba una perfecta barrera entre los dos.

No había disfrutado Roma, se suponía que debía ser una vía de escape de mis pensamientos pero en vez de eso me hundí para poder nadar en el mar de los mismos.

—☼—

Abrí la puerta de mi casa y dejé las maletas tiradas en la entrada.

—Toc toc—la voz de Damon resonó en la sala mientras asomaba la cabeza.

—Pasa—le sonreí y éste asintió mientras lo hacía.

Agarró las maletas mientras las ordenaba en la mesa de centro, no eran tan grandes y la mesa no era chica.
Abrí una y empecé a sacar la ropa limpia; unos brazos me rodearon por la espalda y depositaron suaves besos en mi cuello, le di mejor acceso ladeando mi cabeza y apretándolo más a mí, gruñó contra mi piel.

—Después de esto ¿todo volverá a ser como antes?—susurré sintiendo como mi felicidad se escapaba al saber que no debía hacerme ilusiones.

—Lily...—respondió exasperado mientras me soltaba y sentí como si me faltara algo.

—No quiero caer en lo mismo—volví a susurrar.

—¡Deja de pensar siempre en lo mismo!—gritó haciendo que retrocediera unos pasos—Deja de pensar tanto en el futuro, tienes que dejar de ser tan insegura, testaruda, terca, escandalosa...

—¡Pues perdóname por no confiar en ti cuando ni siquiera me das razones para hacerlo!—grité de vuelta interrumpiendo sus características sobre mí—Te he aguantado tanto Damon porque te quiero pero parece que es difícil para ti quererme de vuelta—mis ojos picaban y las lágrimas amenazaban con salir.

—Lily yo...—caminó hacia mí y me quedé inmovilizada—Nunca me había sentido así con alguien antes, no sé como tratarte, mirarte, hablarte—susurró mientras juntaba nuestras frentes—No me dejes, si soy un completo idiota contigo no quiero imaginar como seria si no te tuviera.

Mis brazos rodearon su cuello para poder abrazarlo.

—Te quiero Damon.

Ayudando a papá #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora