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La gente nos miraba raro, normal. ¿Cuándo se veía a dos chicos jóvenes corriendo por una calle muy transitada cómo si alguien les persiguiera? Pues no se ve todos los días, la verdad.
Llegamos a la puerta del cine y Justin estaba hablando con la chica de la taquilla mientras yo avisaba a mi madre de que seguramente llegaría tarde a casa hoy.
No me enteré de lo que hablaron, pero cuando entré a la sala lo comprendí todo: estábamos solos.
Había convencido a la chica para que estuviéramos él y yo solos allí y para mejorar la situación, había elegido una película de miedo.

Las 2 horas que duró la película, estuve como 1 hora y 59 minutos abrazada a él y el minuto que sobraba, lo gasté en tirarle palomitas a la cara.

-¿Lo hemos pasado bien no?

-Sí, aunque te odio por la película que has elegido, esta noche no voy a poder dormir.

-Eso tiene solución... solo si tu quieres.

-Soy toda oidos, dime tú idea.

-Vente esta noche conmigo al hotel.

Hasta que sólo me quedaste... Tú. (Jb y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora