Alas rotas

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*Narra Sylver*

Me desperté con los dulces y cálidos ratos del sol que asomaban através del cristal de la ventana y pude ver como Iron dormía dulcemente, tenía los ojos cerrados y la comisura de los labios abierta. Con desgana me levanté de la cama y cerré las cortinas para que Iron pudiera descansar tranquilo. Un recuerdo de mis padres me acecho hacien do que una lágrimas resbalara por mi mejilla derecha, sequé la lágrima y me recompuse. Podía escuchar leves ruidos provenientes del salón. Bajé las escaleras para ver de donde provenía el ruido, entré por la puerta del salón y pude ver a Haya acariciando un pajarillo. Ella me hizo una seña para que me acercara lentamente, me senté a su lado y observé al pajarillo, tenía un ala rota.

-Este pobre pajarillo entró por la ventana de mi cuarto para acabar sobre la cama malherido.

-Pobrecillo -exclamé con la poca voz que tenía al sentir pena por el.

Haya dejó con cuidado al pajarillo en el interior de un cajita que contenía un pedacito de pan. Podía notar como paseaba por la caja dolorido y asustado, el corazón se me partía en mil pedacitos, siempre me gustaron mucho los animales.

-*¡Yhaun!*- Iron se acercó bostezando y miró serio al ver mi cara de preocupación.

-Hola - dije intentando dismular mi voz debil y quebrada.

-¿Que pasa? ¿Va algo mal? - dijo al notar mi voz quebrada. Después dirijió su mirada a la caja y miró triste al pajarillo.

-Apareció herido esta mañana.

-Pobre.

Se acercó al pajarillo y este empezó a cantarle. Yo los miré sorprendida mientras Iron se vehía concentrado en lo que el pajarillo pronunciaba.

-Dice que una corriente de viento los arrastró y perdió el control, después calló hacia la ventana de Haya que por suerte estaba abierta y calló sobre la cama rompiendose el ala a torcerla.

Haya y yo lo miramos con una cara digna de retrato. Y Iron se hechó a reir a pleno pulmon, por lo que nosotras le seguimos.

-Me explico, al ser medio pantera puedo entrender a algunos animales -dijo cuando nuestras risas se calmaron.

Yo me quedé impactada para mi sería alucinante poder hablar con los animales, poder entenderlos y comunicarme con ellos. Iron cogió al pajarillo con delicadeza llenó un poco una fuente con agua y dejó al pajarillo sobre el borde del recipiente. Este se metió en la fuente y se empezó a bañar contento. Iron lo observaba feliz por haber podido ayudarlo, el siempre fue muy atento y dedicado, cosa que me encantaba de el. De repente desvió la mirada para mirarme a los ojos con ternura, en ese momento debía paracer un tomate, intenté desviar la mirada pero sus ojos me atrapaban. Por dentro estaba desmayada en el suelo, pero por fuera parecía un semáforo en rojo y contenía las ganas de abalanzarme sobre el y besarlo.
Mi corazón latía tan fuerte que parecía que se me iba a salir para poder estar con el, intenté controlarlo pero su mirada era tan tierna y hermosa que casi no respondía de mi.

*Narra Iron*

Podía escuchar su corazón acelerado y el mío, que por ser distinto a ella latía aún más rápido y fuerte. Verla con sus mejillas rojas me hacía querer besarlas. No era capaz de apartar la vista de sus ojos verdes, me tenía completamente cautivado.

-Bueno tortolos creo que deberian desyunar.

Haya nos sorprendió haciendo que los dos apartaramos la vista avergonzados.

-S-si deberíamos desyunar.

-Aja.

Nos sentamos en la mesa y Haya llegó con unas tostadas, leche y galletas, además de un bol repleto de fruta. Desayunamos en silencio, pero no se hizo incómodo ya que estabamos comiendo. Al terminar cojí por sorpresa a Sylver del brazo y me la llevé al bosque. Las hojas de los árboles se mecían con el viento y los animales hacían una preciosa melodía conjunta. Cojí a Sylver de ambas manos y la miré a los ojos, ella estaba confusa. Quería saber que era lo que le causaba tristeza, en el desayuno estuvo muy pensativa y decahida

-Sylver, quiero saber si estás bien.

-Si, estoy bien Iron.

-No, quiero saber la verdad se que no estás bien pero no te puedo ayudar si no me dices lo que pasa.

-Yo... yo hecho de menos a mis padres, los hecho mucho de menos... - sus ojos se empezaron a humedecer y la abrazé con fuerza.

-Lo sé se que es duro yo tambien hecho de menos a los mios, pero tranquila, tengo fé en que siguen vivos y cuando lleguemos a la ciudad sabremos la verdad.

Me despegué un poco de ella y le sonrreí ella me debolvió la sonrisa y se secó las lágrimas con la manga de su camiseta.

-Gracias.

-Siempre estaré contigo, te lo prometo.

La cojí de la mano y dimos un paseo por el bosque sin alejarnos mucho. Yo no podía parar de mirarla mientras ella observaba pensatiba la flora y la fauna del lugar. Ella alzó la mirada para ver mis ojos que la miraban atentamente y se quedó atrapada en ellos al igual que yo en los suyos.

-C-creo que deberiamos volver - dije rompiendo el silencio.

-S-si.

Volvimos a la casa donde Haya nos esperaba con comida, para ser exactos con un pastel de manzana y una empanada de atún. El resto del día estubimos ayudando a Haya con las labores del hogar en agradecimiento a su hospedaje. El día siguiente retomaríamos nuestro viaje a La Ciudad de la Verdad.

Sin Dolor #BOTS PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora