Capitulo 3: Luna llena

132 12 0
                                    

Teresa McCall descansaba en la cama de la habitación de Scott McCall. Ella y su padre se habían quedado en la casa de Melissa, la madre de Scott. El plan era quedarse solo para el funeral, pero el auto de su padre se había averiado y el mecánico dijo que no estaría listo hasta dentro de una semana.

Un día después del funeral, Teresa se encontraba aburrida en el cuarto, ojeando el anuario del antiguo propietario de la habitación; en las primeras fotografías se veía a un chico atractivo y alegre, pero las últimas mostraban a un hombre de rostro serio, pero sus ojos estaban cerrados. Podría parecer que era una pose, pero pasaba en las últimas tres fotos; los ojos estaban definitivamente cerrados.

Teresa ya había soltado el libro y dormía, cuando unos golpes en la ventana la despertaron.

La joven se levantó de un sobresalto y vio a una pelirroja hermosa asomada a la ventana sonriendo.

— ¿Quién demonios eres?—pregunto Teresa.

—hola, mi nombre es Mia—respondió la muchacha— ¿puedo pasar?

—No—exclamo Teresa levantándose de un salto.

—bien, lamento ser tan directa pero...—dijo Mia Martin borrando su sonrisa—me envió Scott McCall.

— ¿Scott? ¿El que murió?—exclamo sarcásticamente Teresa.

—sí, soy una Banshee y tú eres una mujer lobo, como tu medio hermano.

—explícate ahora, maldita loca con problemas, o llamo a la policía.

—Yo soy una Banshee, una criatura que puede predecir la muerte—comenzó a hablar lentamente—y tú eres una mujer lobo, al igual que tu medio hermano, Scott era un hombre lobo.

—Definitivamente llamare a la policía—dijo Teresa dirigiéndose a la puerta.

— ¡No! Por favor, puedo probártelo—exclamo Mia—esta noche es luna llena, ahí sufrirás cambios extraños, tu verdadera forma saldrá a la luz—dijo la pelirroja cuando vio que Teresa se detenía.

Luego de decir esto, la joven en la ventana salto hacia abajo con un movimiento veloz y ágil y desapareció por la calle.

Esa misma noche, Teresa no logro dormirse; cada vez que cerraba los ojos veía a la criatura en la fiesta saltando sobre ella, pero ya no era una sombra, ahora tenía forma definida: un lobo.

Al cabo de un par de intentos más, la chica se levantó y se dirigió hacia el baño.

Maldito padre, me trajo a este pueblo asqueroso lleno de desquiciados—pensó la muchacha mientras la furia de apoderaba de ella—maldito hombre, no me habla de antiguas esposas ni de medios hermanos hasta que se le ocurre desaparecer.

Su cabeza le dolía cada vez más y, cuando vio su rostro en el espejo, sus ojos eran de un color amarillo brillante. Teresa cerró los ojos y sacudió la cabeza, pero seguían del mismo extraño color.

Pero eso no fue todo, sus dedos comenzaron a doler y, al mirarlos, una afiladas y grandes garras estaban ocupando el lugar de sus uñas.

¿Qué me está pasando?—pensó Teresa.

La muchacha no podía controlar sus movimientos y, sin poder detenerse, salto por la ventana y corrió hacia el bosque, bajo una gran luna llena en el cielo. 





Teen Wolf: Nueva GeneraciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora