The Secret; Magic [1] | Damon Salvatore [TERMINADA]

15.

¡Capítulo de ALTO impacto! ...disfruten.

Venganza

*NARRA DAMON*

Mis ojos no podían creer lo que acababa de presenciar. Me quería convencer que no era cierto, que era un maldito sueño y que pronto despertaría, sin embargo, no era así.

Tan pronto como me alejé del desolado lugar, corrí con todas las fuerzas que tenía. Poco me importaba que alguien me viera a plena luz del día, ya que solo quería desaparecer.

Por tercera vez era segunda opción. Aunque para ser sincero, esta vez creí que sería diferente, ella tenía algo especial. Abbigaíl no era igual a Elena o Katherine.

La elegí por sobre todas las cosas, incluso por todo el gran amor que algún día le tuve a Elena.

Me cegué de ira y celos. No quise escuchar su versión, ya que una acción vale más que mil palabras. Sólo quería salir de ahí y no ver más esa penosa escena.

Era cierto, nunca fui el hombre ideal, caballeroso, tierno y amable que todos esperaban. Siempre fui mujeriego, alcohólico, déspota, frío y quizás calculador, sin embargo, había intentado cambiar. Quería ser una mejor persona para ella, pero al final nadie se daba cuenta de esos pequeños cambios en mí, porque para los demás siempre iba a ser "Damon el problemático e impulsivo".

Sí, posiblemente lo hice para que Elena volviera a fijarse en mí, no obstante otra persona apareció en el camino, alejándome de todo lo relacionado a Gilbert.

Terminó atrayéndome una mundana sencilla, tan normal como cualquier otra adolescente, aunque debo admitir que sólo en ella pude encontrar paz y seguridad.

Abbigaíl Smith era todo lo que esperaba en mi vida, pero terminé enrollándola en mis asuntos, la involucré en el mundo que nadie sale ileso.

Maldición.

Me sentía miserablemente culpable y egoísta, pero no me arrepentía de haberla arrastrado conmigo, pues así sabría cómo protegerla, hasta hoy.

Mi único escape ha sido el bourbon, aún puedo recordar la primera vez que probé una gota de aquel delicioso alcohol.

Finalmente sucedió lo que creí imposible después de Elena. Sin pensarlo más, me dirigí a toda velocidad al Grill, el cual estaba lleno de muchachos —y algunas posibles víctimas para calmar mi dolor—, sin embargo, por el momento sólo deseaba beber alcohol.

—¡Matt! —lo llamé con desesperación—, lo de siempre —le ordené a medida que cruzaba las manos con la cabeza cabizbaja.

He de admitir que ya había bebido media botella de Chateau Cheval Blanc. Había esperado sesenta y cinco años antes de volver a probar ese bourbon, y deseaba haberlo hecho en alguna celebración.

Suspiré pesadamente.

—No pensé que te encontraría aquí —oí una voz femenina muy familiar. La morena se sentó a mi lado, sonriéndome coquetamente. —Podría jurar que estarías teniendo tus momentos de cursilerías con Abbigaíl —dijo.

Sonreí sin gracia, restándole importancia a su comentario.

—Yo pensé que estabas teniendo una de tus tantas noches alocadas con mi hermano menor —lo dije con ironía, mientras ella me devolvía la sonrisa. —Admite que has venido por mí, Elena —la observé de manera pícara.