02.

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Recorriendo la Universidad Whitmore.


*NARRA ABBIGAÍL*


Ya ha pasado una semana desde que me encontré con aquel chico, y sigo soñando con él, por alguna razón no puedo sacarlo de mi mente. 

¿Damon dijo que se llamaba?, lindo nombre para alguien como él... Estaba en las nubes cuando mamá me llamó para desayunar.


—¡Hija, apúrate, no querrás llegar tarde a tu primer día de clases en la Universidad! —gritó desde el primer piso.


—¡Está bien! —respondí de la misma manera, poniéndome la cobija en la cara por los rayos del sol clavándome en la cien. —Mejor me levanto o me quedaré dormida, y me llevaré un gran reto que prefiero evitar. —Murmuré a regañadientes. La cama estaba tan cómoda, y dormí como no lo había hecho en días. Con las pocas fuerzas matutinas, me levanté rápidamente.



(...)



Al cabo de media hora aproximadamente, ya estaba lista. Me vestí como lo hago normalmente; jeans claros, una blusa manga corta de color rosa y una chaqueta negra, para luego maquillarme solo brillo labial. Me asomé al recién comprado espejo, y opté por dejar mi pelo liso suelto. Realmente creo que el negro me sienta bien.


Bajé a desayunar, emocionada por mi primer día de clases, aunque sabía que tenía que darme el tiempo de viajar, literalmente al campus, para ir a buscar mis horarios, mi nueva habitación y el salón de clases.


Me senté en el comedor, y mamá preparó cosas deliciosas, pero miré el reloj de mi muñeca. Cogí un vaso de leche, el cual no acabé y le di solo una mordida a mi pan. El desayuno más exprés que he tenido.


—Mamá, ya estoy lista. Gracias por el desayuno, estaba delicioso —le sonreí parándome de la mesa, y casi corriendo para no llegar tarde.


Mamá me miró furiosa. 


—Pero si no acabaste de desayunar, Abbigaíl —me llamó por mi nombre completo. Mamá solo lo hace cuando se enfada.


—Lo siento, lo siento —pedí perdón mientras me acerqué a ella y besarle las mejillas repetidas veces. —Pero voy atrasadísima, y ya sabes que no me gustaría llegar tarde el primer día.


—Como siempre —rodó los ojos. —Espero te vaya bien en tu primer día, hija. Aun que te extrañaré muchísimo —se Levantó de su cómodo asiento para darme un cálido abrazo con sentimientos encontrados. —Por favor, no te metas en problemas, ¿está bien?


Sonreí levemente y le correspondí el abrazo. 


—Sabes que jamás te han dado alguna queja de mí. Y también te extrañaré —cerré mis ojos en su hombro, dejando que su aroma a perfume recorriera mis fosas nasales por quizá cuanto tiempo más. —Pero cuando regrese, y sabes que lo haré seguido, posiblemente todos los fin de semana, me tendrás solo para ti —le dije finalmente para coger el bolso que había dejado al lado de la puerta principal. Me asomé por la ventana y el taxi ya había llegado. —Te quiero —susurré para mí conteniendo las lágrimas que querían brotar de mis ojos, cerrando la puerta y dando paso al vehículo de color amarillo que esperaba por mí.

The Secret; Magic [1] | Damon Salvatore [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora