The Secret; Magic [1] | Damon Salvatore [TERMINADA]

10.

Antes de que empiecen a leer el capítulo, quería pedirles disculpa por el atraso, pero aún sigo con exámenes, pero gracias por seguirla, espero que lean mi nueva historia, es de Bella&Damon! El capítulo es cortito, pero disfrutenlo.

El Gran Plan (Parte 1)

*NARRA ABBIGAÍL*

Aún estaba anonadada. No sabía qué hacer ni cómo reaccionar ante lo que estaba viviendo.

No sabía cómo diablos había lanzado al suelo a Olivia Parker.

Tal vez estaba "habilitando" mis poderes a causa de mi enfado, pero no podía controlarlos. No sabía cómo volver a hacerlo.

Pero sí sabía que debía defenderme como fuera, no iba a dejar que esa rubia me ganara, no hoy.

—Abby, Abby... —repitió irónica. —¿Ese es tu seudónimo? Debo admitir que me gustaba más tu nombre anterior —dijo burlándose. —Debes entender que no soy solamente yo la que te quiere de vuelta, es todo nuestro Aquelarre, nuestros ancestros, ¿entiendes lo que significa eso? —elevó una de sus cejas sin detener el paso acortando proximidad entre nosotros tres. —Debes cumplir con tu deber como líder.

¿Cómo líder? Hasta apenas unos días era una chica normal, que lo único que le importaba era estudiar y tener su carrera universitaria, y ahora soy una "líder" de un aquelarre que ni siquiera conozco.

—¡No irá a ningún lado contigo, loca! —gritó Damon con desesperación, intentando controlar su carácter.

—Esto no tiene nada que ver contigo, ¿Por qué no te vas? —le sugirió a lo que Damon solo hizo una mueca y apretó los puños, para luego dirigirse nuevamente a mí. —¿Qué dices, Sam?

—¡No iré contigo! —comencé a explotar otra vez—, ¡no quiero conocer a ese supuesto Aquelarre!, ¡no me interesa nada de eso!, ¡por culpa de ese aquelarre y de Niklaus, mi madre está muerta, y mi padre quién sabe a dónde! —me exalté. Estaba cansada de que todos quisieran algo de mí. Tanta rabia e ira acumulada tenían que salir en algún momento.

Me concentré y en lo único que pensaba era en tener a la rubia lejos de mí y de Damon.

Nuevamente la logré lanzar al suelo, pero lejos de nosotros. Damon aprovechó para tomarme de la cintura y nos sacarnos de ahí a velocidad vampírica.

(...)

Al otro día desperté en casa, no entendía nada. Ni siquiera recordaba cómo había llegado hasta ahí sin haber caminado.

Tiene que haber sido Damon, lo último que lograba recordar era haberme aferrado a su cuello para cuando escapamos de Olivia, mientras todo se volvía oscuro para mí.

Mi cabeza, dolía más que una resaca.

Miré a mi derecha, encontrándome con el reloj. Era tarde, y no sabía si mamá estaba en casa, como es Domingo y sale a hacer las compras para la semana.

Con precaución me levanté y vi una pequeña nota encima de mi mesa de noche... "Siento no poder haberme despedido de ti y no haberte podido acompañar mientras dormías, pero no faltará la ocasión para que eso se repita. Nos vemos pronto. Damon".

Saliendo de mis mil pensamientos de cómo sería mi vida al lado de Damon, me di una ducha porque realmente la necesitaba.

Bajé a la cocina, dispuesta a ver que había para beber, tenía mucha sed y estaba agotada.

Cogí un vaso con agua, le di el primer sorbo y escuché una voz detrás mío bastante familiar.

—¡Hija, volviste! —exclamó entusiasmada mamá. No hice ningún gesto, me quedé ahí parada observando, mientras ella corrió a abrazarme. —Aún estás enfadada —recalcó lo evidente, distanciándose de aquel abrazo frío.

—La verdad es que no lo estoy, con todo lo pasado se me logró pasar el enojo —lamí mis labios—, solo quiero preguntarle la verdad.

—¿Qué verdad?, hija si te refieres a lo mío con Ric... no quería mentirte, es solo que... —la interrumpí.

—No —dije secamente. —Hay otra cosa más que quiero saber, ¿cuándo pensabas contarme que no soy quién creía ser? —mis ojos comenzaron a cristalizarse, pero no me iba a derrumbar todavía.

—¿Qué?

—Explícame. ¿Cómo es eso que soy bruja y que mi padre nos abandonó solamente para protegernos?

Mamá no sabía cómo comenzar a responder. Suspiró lentamente.

—Te enteraste de la verdad —susurró, sentándose en el banco de la cocina. Asentí.

—Claro que me enteraría en algún momento, pero ¿por qué ocultármelo por tantos años?

—Creí que este momento nunca llegaría. Lo único que he sabido de tu padre, es que ahora está nuevamente con su Aquelarre, pero no por voluntad propia... —no la dejé terminar, pensando lo peor.

—Olivia —susurré sin hacerme esperar. Salí corriendo por la cocina a casa de los Salvatore.

Mi padre estaba en peligro por culpa mía, y lo tenía que salvar. No iba a permitir que otra persona importante en mi vida saliera dañado.

Con torpeza arranqué el auto de mamá, mientras en el camino intenté llamar a Elena, Caroline, y especialmente a Bonnie. Sé que es ella quien me ayudará a practicar la poca magia que tengo, pero me haré fuerte, me tenía que vengar de todos los que habían hecho sufrir a mi familia.

Ya no iba a ser la inocente y tierna Abbigaíl que todos conocían, desde ahora iba a luchar por los que quería y quiénes hacían lo posible por protegerme de igual manera. Tenía que cambiar, desde hoy Samantha Devereaux iba a salir a la realidad.

(...)

Los chicos estaban esperándome. Y estaba pensando seriamente en mudarme acá otra vez, puesto que paso más tiempo en casa de Damon y Stefan, que en mi propia casa o en la universidad.

Apenas ingresé a su mansión, comencé a narrar lo ocurrido en casa con mamá, que mi padre estaba en peligro por culpa mía.

Todos se sumaban al "rescate". Damon y Stefan crearían el plan. Caroline y Elena, intentarían buscar a mi padre o algún rastro de Olivia, mientras que Bonnie y yo practicamos magia.

Solo había un pequeño-gran detalle, y era que desde hace bastantes días que no sabíamos nada de Klaus, y tenía miedo de que estuviera tramando algo para su próximo movimiento, pero de ser así, ya tendría que desarrollado mis poderes y tendría que haber aprendido a controlarlos para usarlos en contra de él y de quién intente dañarme.

Ahora, debía comenzar la acción.