The Secret; Magic [1] | Damon Salvatore [TERMINADA]

11.

El Gran Plan (Parte 2')

*NARRA ABBIGAÍL* 

Oscuro, todo estaba absolutamente oscuro, a pesar de tener los ojos abiertos no lograba ver absolutamente nada, solo oía voces por todos lados susurrar y llamarme por el nombre. Pero una en especial me habló y dijo claramente "Abby, no debes dejar que te atrapen. Eres la única bruja más poderosa de estos tiempos, pero no debes confiar en nadie más que en ti misma, esos vampiros solo serán tu perdición."

Las voces comenzaron a sonar cada vez más rápido y fuerte, me tapé los oídos con ambas manos, esperando que con eso se desvanecieran hasta que caí en un limbo.

Era solo una horrible pesadilla, me dije para mí levantándome de aquella cama. Mi respiración aun era agitada y mi frente sudaba más de lo normal, realmente había sido una pésima idea haberme enterado de mi pasado.

Aún seguía en casa de los hermanos Salvatore, y a mamá no le quedó otra que decir que aceptar la situación, pues no se encontraba en una situación que le favoreciera y sabía que ahí estaría mucho más segura que con ella.

Me levanté de la cama, holgando mis pies fuera de ella por minutos, repasando cada parte de mi sueño, pero ya casi lo había olvidado. Así que, decidí ir por algo para refrescar la garganta y relajarme, aunque fuese un instante.

Bajé las escaleras con precaución de no caer y tropezarme con algo. Entré a la cocina a oscuras por un poco de agua, pero inmediatamente sentí una presencia detenerse detrás de mí. Giré sobre mis talones con rapidez, con el corazón latiendo más rápido que el de un ratón.

Mis ojos se agrandaron cuando oí un simple ruido.

—¡Bu! —gritó el azabache, causándome casi un paro cardiaco a mitad de noche.

—¡Maldición, Damon! —exclamé llevándome una mano al pecho, sintiendo que el corazón estaba por escaparse en cualquier momento. —¡Casi me causas un ataque del susto! —suspiré pesadamente, tratando de recomponer el aire que me hacía falta.

—Deberías haber visto tu cara —no paraba de sonreír, y eso me molestó. —Lo siento, fue inevitable —se apoyó en la fría pared que daba a su dirección. —¿No podías dormir, pequeña?

Asentí con la cabeza. La verdad era que estaba completamente asustada, tenía miedo de morir, aunque todos lo haremos algún día. Yo no me sentía preparada para nada de eso.

—¿Qué pasaría si me atrapan? —pregunté con tono de preocupación.

Damon se puso tenso, todas sus facciones cambiaron. Sin embargo, él sonrió levemente.

—Nada de eso pasará mientras yo viva —trató de tranquilizarme, mientras una de sus manos rozaba mi mejilla con lentitud y suavidad. —Ya ves a Elena, varias veces intentaron matarla, estrangularla, usar su sangre y más. Pero no lo lograron, y contigo no será diferente. Te protegeremos con nuestras vidas si es necesario, todos.

Exhalé con fuerza, como si mi cuerpo se debilitara al momento.

—Gracias por todo, Damon —sonreí de lado, imitándolo a él. —Para serte sincera, no me imaginaba que fueras así.

—¿Así cómo?

—Todos quienes te conocen dicen que eres el "chico malo" que hace sufrir y hiere a las personas de su alrededor.