The Secret; Magic [1] | Damon Salvatore [TERMINADA]

17.

Cena

*NARRA ABBIGAÍL*

Durante la cena no hicimos más que charlar entre todos. Por una parte, papá contaba anécdotas de él cuando joven, sobre sus poderes, magia y otras cosas.

A mamá la veía completamente feliz con Ric, se reía con cada palabra que decíamos. Es un poco incómodo que tu padre y el novio de tu madre estén sentados en la misma mesa cenando, pero ¿qué importa? Acá nada es normal.

Kai Parker era un chico apuesto, el cual tenía diversos temas de conversación, además de ser educado y simpático. Lo que me preocupa, es que no ha dejado de mirarme en toda la velada, por alguna razón me pone nerviosa.

Intento evitar mirarlo cuando él lo hace.

—Bien, creo que es hora de irme, Jack —anunció Kai mirando la hora en su lujoso reloj.

¿Desde cuándo serán amigos? Digo... para que le diga "Jack" con toda confianza y no Jackson o señor, como sea.

—Está bien, hijo. Te llevaré hasta la salida —señala mi padre levantándose de la mesa.

El azabache imita su acción y se acerca para despedirse de todos nosotros.

—Gracias por todo, Lucille —le da un beso en la mejilla a mamá. – Un placer, Ric —extendió la mano con cortesía. De pronto, dirigió su vista hacia la mía y sonrió ladinamente. —Abby o Sam, no sé cómo prefieres que te diga.

—Abby está bien —respondí con entusiasmo—, estoy acostumbrada a ese nombre —sonreí.

Él asintió con la cabeza.

—Señorita Abby, un gusto. Espero que nos volvamos a ver muy pronto —me deposita un beso en la mano como lo hizo cuando llegó y me devuelve la sonrisa.

—Que así sea —susurré.

Sí, cualquiera puede odiarme o lo que sea. Sé que no he pensado en Damon, pero se lo merece. Me hizo sufrir, rompió mi corazón y lo pisoteó como está acostumbrado a hacer con las mujeres. Además, Kai es atractivo, ¿por qué no usarlo como distracción? Nadie está diciendo que me casaré con él ni nada por el estilo.

¡Vamos! Soy joven.

Papá salió a despedir a Kai, pero se le había quedado las llaves del vehículo dentro de la casa, por lo que las cogí y se las fui a dejar a la salida.

Kai justamente estaba buscando las llaves en su bolsillo, por lo que sonrío y extiendo mi mano con las llaves en ella. Él las coge y agradece con la mirada.

Mientras abre la puerta del vehículo me dedico a observar al frente, ya que logré divisar una silueta masculina. Entrecerré los ojos para enfocar aún más en la poca claridad de esa fría noche, y me di cuenta de que estaba él. Era Damon, observándonos de manera desorientada, por lo cual se mantenía parado fijamente como si no respirara.

Tragué saliva en seco sin dejar de observarlo, y en contraste con la luz del farol noté que su expresión era de decepción. Lo entiendo, he tenido la misma sensación.

El sonido del automóvil arrancar me hizo salir de mis pensamientos, mientras el azabache dentro de él se despidió con una última seña. Kai se va.

—Papá, entra —le pedí, dándome cuenta que Damon acercaba lentamente su paso, por lo que no le quité la vista de encima. —Por favor.

—Pero, hija... —interrumpo negando con la cabeza levemente.