Narra Tom
--¡Maldición!--
Corrí por toda la casa con el shampoo en la mano buscándolo. ¿Dónde se metió?. Me paré en medio de la cocina y cuando vi la pequeño sombra que se moví de un lado a otro tratando de escabullirse bajo la mesa sonreí.
--¡Quieto ahí!-- él me escuchó y salió disparando para el pasillo que llevaba a mi habitación--¡Louis!-- lo corrí y cuando llegué al cuarto estaba sentado con cara de que al parecer se divertía con lo que hacía--Ve al baño-- me ignoró y suspiré pesado-- Louis... ve a bañarte, vamos muchacho-- nuevamente no me hizo caso y conté hasta diez tranquilo para que se me pasara las ganas de gritarle con irritación que me haga caso. Era un ser indefenso, tan pequeño y sólo era el principio de nosotros-- Vamos... ven. Ven a bañarte--
Cuando me acerqué, salió corriendo pasando por mi costado hasta perderse por el pasillo, Exploté.
--¡Louis perro de mierda ven aquí!-- corrí al animal que pataleaba de un lado a otro evitando un nuevo baño. ¿No era que los pitbull son obedientes?.
El perro de Zayn se había quedado conmigo. Cuando pasó todo aquello él fue uno de los que también desapareció esa tarde dejando de lado su casa, su moto y mascotas.
Después de que desperté sano en el hospital, decidí mudarme a la ciudad y empezar todo de nuevo allí. Claro, que entre papeleo y papeleo con la policía y demás agentes que atendieron nuestro caso, me enteré que estaban pensando que hacer con todo lo de Zayn. La policía investigó y, a pedido de un juez, fueron a hacer hallanamientos en su casa para comprobar si estaba ahí o algo dentro de ella era importante del caso. Al no obtener nada, se decía que todo lo de su casa sería donado, otras versiones era de que se lo daría a su familia, escuché tantos rumores, que entre esos, era que a las mascotas se las llevarían a un refugio de animales.
Me dio pena por Louis y Clarissa (su gata) que seguramente extrañarían mucho a su dueño. Y como yo, gran idiota que fui en ese entonces, decidí quedarmelos. Claro, que no sabía que me iban a complicar la vida.
Al despertar de ese gran hospital, me di cuenta que no todo había terminado. Si, la gente de James y él pudieron escapar, y con ellos se fueron también Harry y Nick. No tenía miedo si algún día volvían a aparecer, esta vez estaba en alerta. Lo que no había terminado fue el tema con mi lindo rubio. El teñido de mierda.
Pensar en que podría estar enamorado de él me comía la cabeza y cada vez me frustraba más. Louis me había prohibido acercarme a él en aquel tiempo y yo decidí respetarlo por lo que tuve que cortar por lo bueno. Pero él también sufrió tanto como yo.
"Te amo" me había dicho en el hospital cuando todos creían que no iba a despertar. Lo escuché con tanto cariño y tan suave que pensé que no podía seguir así. Si, cuando le había dicho que lo nuestro no podía seguir me arrepentí tanto cuando lo vi en las mismas condiciones que yo cuando nos atraparon. Había decidido romper con la tradición de "todo por mi hijo" y empezar todo desde cero con Niall. Pero aquellas palabras me confundieron y me corrompieron de otra manera. No podía, no podía estar con alguien como era él, Niall necesitaba salir con gente de su edad no como un tipo tan mayor como yo por eso al pasar el tiempo conté que estaba conociendo a una buena mujer. Lo cual era mentira.
Desde que estuve con Niall no estuve con nadie más, la culpa de pensar que lo podría engañar me carcomía por dentro. Claro, que, tal vez él no podría pensar lo mismo ya que me había enterado que estuvo y sigue metiéndose con varias mujeres en su cama. No merecía quejarme, sólo callado en mi lugar.
Cuando ambos se fueron a vivir a Los Ángeles, yo decidí mudarme a la gran ciudad alejándome de todo junto a los animales del que era amigo de mi hijo. Y cómo me arrepentía de haberlos acogido...