Capítulo 12

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—¿Quién era?— Pauline preguntó a penas Eddie se fue del local. Mi sonrisa no podía estar más estirada como si me hubiese puesto un Botox barato en los pómulos.

—Un amigo. Un viejo amigo que hace tiempo no veo. ¡No sabes lo feliz que estoy!— la tomé de los hombros y la zarandee con toda mi brutalidad posible haciéndola reír con su cara aún confundida.— Y me invitó esta noche a un bar. Es decir, nos invitó por que tu también estas invitada. ¡Tienes que ir! Así lo conoces mejor, él es genial, muy divertido, encantador  y tiene cabello naranja Paul ¡Naranja!—

—Querrás decir colorado— dijo evitando soltar una risa burlona. La solté y sin quitar mi sonrisa que parecía diabólica, comencé a seguir con mi trabajo ordenando todo por color, peluches, rosas, de todo.

—Tiene el cabello colorado y ahora tiene una hija. Oh Dios, debo comprarle algo. Esto genial, absolutamente genial—

—Me pone muy feliz verte así cariño. ¿De dónde lo conoces?— ella se sentó sobre una vieja silla mirándome alegre siguiendo de vista cada paso que hacia.

—Él vive en Londres, mi antiguo hogar. En ese tiempo era amigo de mi nov...— mi semblante de repente se volvió serio al callarme cuando me di cuenta de lo que iba a decir.

—¿Harry?—

—De otro amigo mío— contesté rápidamente— el medio metro como le llamas tu. Él y mi OTRO amigo colorado se conocían antes de que empezara todo, después... después siempre nos juntábamos con otros muchachos más. Esos fueron los días...— sonreí a la nada recordando aquella época donde todos nos divertíamos sin importar qué.

—Me alegra que se junten otra vez. No me has hablado de ese chico, el de los ojos azules. ¿Cómo decías que era tu relación con él?— mordí mi labio y tomé otra vieja silla de madera que estaba en un rincón del depósito para sentarme junto a ella. No quería decirle toda la verdad, quería evitar la palabra "novio" y mucho más "ex". Ex, que raro suena eso, no me hubiese creído eso hace cinco años atrás cuando andaba de la mano con mi príncipe, jamás. Sabía que podía aclararle otras cosas sin mencionar aquellas dolorosas palabras.

—Louis. Louis Tomlinson. Él... fue mi primer amigo. Casi todos los días estábamos juntos, compartíamos cada momento y no nos perdíamos de nada. Amaba pasar tiempo con él, me hacia reír siempre con esos chistes que a veces ni siquiera entendía. Una vez llovió tanto que era imposible volver con el barro que había, y como se estaba haciendo tarde, me cargó en su espalda y me llevó a mi casa para que llegara sucio— cerré los ojos con fuerza reprimiendo las lágrimas que querían salir sin aviso— Él era tan dulce conmigo. Siempre pendiente de mi, me protegía de todo y todos, si había alguna lagartija cerca mío él siempre las ahuyentaba o las pisaba para mostrarme que estaban muertas. Siempre me sonreía de una manera tan hermosa que cuando me iba a dormir era como una dosis para sentirme mejor al recordar sus marcas en los costados de sus ojos.— una lágrima se deslizó por mi mejilla cuando no pude aguantar más el dolor que sentía en el pecho al tener vivo ese recuerdo en mi. Pauline me miraba con tristeza pero lo fingía ladeando una sonrisa, casi la misma que tenía yo en la cara para no parecer tan ridículo así— una de las cosas que me gustaba hacer con él era dormir ¿Sabes?. Nada sexual, solo... abrazarlo y que él me corresponda para dormir una siesta que duraba una hora o dos— mi amiga frunció el ceño luciendo extraña mientras seguía frotando su mano en mi brazo en modo de apoyo.

—Por lo que me cuentas parecían muy unidos—

—Claro que si. Él significa mucho en mi vida. Me ha enseñado cosas que nadie podría haberme explicado mejor. La forma en que me trataba, tan delicado y sin querer lastimarme— apreté los labios como si lo que me hubiese dicho Paul era un insulto a mi chico de ojos azules— Siempre me hacía sentir bien conmigo mismo. Cuando me miraba y me decía lo bonito que era, lo precioso que eran mis ojos, mi rostro que acariciaba con sus manos tibias...— alcé mis manos imaginando que eran las de él y sonreí comenzando a tocar mi rostro— Lo hacia suave... lento....— cerré mis ojos dejándome llevar por una sensación que sabía que no era real. Era yo quien me acariciaba, pero solo quise aparentar que eran sus manos, las manos de mi Príncipe— cuando besaba mis labios, a veces tan cariñoso... y otras veces... tan sucio. Tocaba mi cuerpo de una manera increíble que me hacía volar hasta otro mundo en la que él y yo estábamos sumidos...—

Escondido En Sus Ojos "Todo por Ti" 2da TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora