OBLIVIATE - |DRARRY|

LA BATALLA DE HOGWARTS.- PARTE I

Draco apareció en las afueras de Hogwarts, detrás de un millar de mortifagos se ocultó tras un árbol y caminó un poco por el bosque hasta llegar a un punto en donde podía ver perfectamente a Voldemort y a su tía Bellatrix.

Vio como una silueta salió disparada de la ventana principal, era un mortifago, estaba seguro porque lograba hacer ese vuelo que solo los mortifagos podían.

—Mi señor...— susurró la silueta al llegar al frente de todos los mortifagos. —Potter está en Hogwarts, logro entrar. — la voz áspera pertenecía a Severus Snape.

Voldemort coloco la varita en su carótida y empezó a hablar.

—Entreguenme a Harry Potter— dijo Voldemort—y nadie sufrirá ningún daño. Entreguenme a Harry Potter y serán recompensados. — dio un profundo suspiro. —Tienen una hora.

Después de un par de minutos un domo extraño empezó a formarse alrededor de Hogwarts.

— ¿Pero qué...?— Draco comenzó a caminar rodeando a los mortifagos.

—Mi señor...— dijo un mortifago. — No será más...— Voldemort lo miro— ¿No será más conveniente que usted vaya por el chico?

— ¡El vendrá a mí! — gritó con furia.

Draco dio un respingo y miró a su madre que estaba detrás de Voldemort, estaba más blanca que la cera y agarraba la mano de Lucius.

—Nunca aprenden— dijo Voldemort subiéndose a una piedra y mirando a todos sus mortifagos. — Ataquen. — dijo y una lluvia de hechizos voló en dirección al gran domo y conforme lo iba tocando lo dañaba y lo deshacía.

—Harry... ¿Dónde estás? — susurró Malfoy, se desplazó por todo el bosque hasta llegar al atracadero en donde estaban los botes que usaban los de primer año.

Vio por una ventana y logro divisar a Zabini junto con los demás Slytherins, eran llevados al calabozo. Un gran estruendo se escuchó por todos lados y su eco resonó en las montañas. Draco volvió la cabeza a donde se encontraban los mortifagos y pudo ver como Voldemort gritaba y lanzaba una gran maldición en dirección al domo que cubría Hogwarts y poco a poco se iba desmoronando hasta que ya no quedó nada.

—Es ahora o nunca. — se dijo el rubio y cerró los ojos. Todo su campo visual se volvió negro y en un segundo apareció en los calabozos.

— ¡Zabini! — grito y vio a toda su casa correr de un lado a otro. — ¡Zabini! — volvió a gritar.

— ¡¿Draco?! — grito el muchacho y corrió hasta Draco. — ¡¿Qué haces aquí?!

—No hay tiempo para explicaciones, necesito encontrar a Harry, yo...— Draco se cubrió la boca con las manos y se puso pálido.

—Tranquilo— dijo Zabini y le puso la mano en el hombro. — Sé que él y tu tienen algo, eres mi mejor amigo Draco ¿Crees que no me iba a dar cuenta?

—Bueno es que yo...

—Tranquilo luego habrá tiempo para platicar. Ahora busquemos a Potter. — Zabini y Draco salieron corriendo de los calabozos.

Se encaminaron al gran comedor y se toparon a Ron y Hermione.

— ¡Granger! — grito Draco. —Jamás pensé decir esto pero me alegra verte. — Draco se acercó a Hermione y la abrazo.

— ¡Hey! ¡Hey! — dijo Ron y separó a Draco de Hermione. —Tranquilo, no tan rápido. ¿Qué quieres Malfoy?

— ¡Ron! — dijo Hermione.