9. Ahora sigue... mamá.

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-Paul está muerto- exclamo dejando en el suelo sus objetos de tortura –ahora sigue ella- abrió la puerta lentamente sin importarle el haber dejado las cosas afuera. Vio a su madre sentada con la cabeza agachada, luciendo agotada. Alzando la cabeza al momento en que se cerró la puerta -¡Caterine!- dijo Nikki con acento alegre acercando una silla y sentándose en ella -¿Cómo estás?- Caterine frunció el ceño, ¿Qué le pasaba a esa niña? ¿Acaso no recordaba que ella colocado a sus padres en esa situación?, lanzo un bufido de enojo aun con la cinta sellando sus labios -¡oh!- exclamo Nikki fingiendo asombro -¡que descortés fui! En un momento te quito la cinta- se levantó, se dirigió hacia ella y de un doloroso y fuerte tirón le retiro la cinta -¡Auch!- dijo al verse librada de la cinta -¡Shhh!, ya paso- exclamo Nikki de manera juguetona y maternal.

Rápidamente se acercó a la mesa en donde anteriormente había dejado la toalla y el pequeño bol con agua fría y antes de que pudiera decir algo le coloco la áspera  toalla tapándole la boca y parte de la nariz, Caterine lanzo un nuevo bufido de indignación, empezó a sacudir la cabeza, tratando de librarse pero su cansancio pudo más con ella y poco después se rindió, para tratar de reunir fuerza y en un movimiento quitar a Nikki. La menor sonrió y le ato con fuerza la toalla tapándole la boca y la nariz, dificultándole bastante la tarea de tomar oxígeno, Caterine aun enojada se extrañó ¿Qué pensaba hacer?, Nikki se acercó temerariamente a ella, le agarro la cabeza, Caterine se quejaba pero su hija parecía no escucharla.

Lentamente empezó a verter el cristalino chorro de agua fría sobre la toalla… Caterine empezó a experimentar una sensación horrible -¿nauseas?- se preguntó –no lo creo se dijo mentalmente mientras trataba de mover la cabeza, sin embargo el fuerte agarre de Nikki en su cuero cabelludo se lo impedía. Lo que exactamente sentía era una sensación de ahogo, sus bellos ojos se desorbitaron  sin ver a un punto fijo de la habitación, creyó que estaba a punto de desmayarse, inclusive empezó a transpirar ligeramente, cuando ya no podía más la caída del chorro de agua fue bruscamente interrumpida por Nikki. Pasaron algunos minutos pero  justamente cuando empezaba a sentir un aleve sensación de alivio Nikki empezó nuevamente a torturarla dejando caer nuevamente el flujo de agua, siendo invadida nuevamente por la sensación de ahogo y falta de oxígeno, repitió 3 veces más la operación de la escena anterior. La menor se percató de que su madre estaba al borde de la inconciencia así que dejo de verter el vital líquido, se hinco a su lado y aun sosteniendo su cabello la obligo a mirarla.

La mayor tenía miedo, podía ver el odio puro en los orbes verdes de su hija, pero había algo más, los observo con detenimiento y descubrió algo importante, ¿miedo?, si miedo y angustia era lo que se ocultaba cuidadosamente bajo esa mirada llena de odio.

Repentinamente Nikki jalo de su cabello y la abrazo, sin dejar de sostenerla, Caterine dejo escurrir una sola lágrima –lo siento- exclamo Nikki –te diré lo mismo que a los demás, te necesito muerta, por MI Johanna- en ese momento sintió como algo frio y filoso rozaba suavemente  las no tan blancas yemas de sus dedos y parte de su espalda, sintió como su cabello era soltado lentamente y Nikki apoyaba la palma de su espalda. –eres mi madre y me diste lo que más quiero, a Johanna, no puedo matarte de la misma manera cruel que a los demás así que…- hizo una pequeña pausa y sintió como la punta de aquel filoso objeto se dejaba ir contra ella -¡buenas noches Caterine!- grito con locura mientras apuñalaba su espalda varias veces, brotando de las heridas una cantidad indescriptible de espesa sangre, Caterine causado por el agotamiento sufría muy poco, pero aun así sintió que no aguantaría mucho más, Nikki la seguía apuñalando cada vez más lento, acto seguido le quito la estorbosa y suave toalla , Caterine con las pocas fuerzas que  poseía se aferró débilmente a la negra camiseta de Nikki, a pesar de tener la manos atadas se aferró como pudo, la menor se detuvo, experimento una sensación muy extraña al sentir como su madre se aferraba a ella y apoyaba su cabeza en su hombro –ni…kki- dijo en un débil jadeo, Nikki sintió un choque eléctrico recorrer su espina dorsal –las quiero, recuérdalo siem…pre- respiro dificultosamente y continuo –ustedes son mi vida y… si alguna vez… vuelves a ver a Johanna… dile que siempre la… quise- levanto un poco su rostro y beso la mejilla de Nikki, la cual se quedó sorprendida y petrificada  sin expresión alguna más que la de asombro –no es un adiós…-continuo su madre –solo un…  hasta pronto, cuídate mu…cho- se desplomo suavemente hasta llegar al suelo, su cuerpo ya había llegado a su límite y había muerto entre los brazos de su hija.

La misma daga que había matado  a Nani había matado a su madre, ahora ya estaba bañada en sangre de diferentes personas, su padre, Nani y ahora de Caterine. El brillo reapareció en sus ojos, como si no hubiera estado consiente de lo que había hecho pego un agudo y corto grito tapándose al instante la boca con sus manos al ver el cuerpo, ahora frio y sin vida de su madre –pero… esto es lo que yo quería ¿no es así?- dijo para sí misma acomodando el cuerpo de su madre boca arriba y quitándole las ataduras, se levantó y fue a observar a la habitación contigua, al salir estuvo a punto de tropezar con el par de jaulas, abrió la puerta de un semi-azotón y vio el cuerpo de Paul. El brillo en sus ojos y su buen juicio desaparecieron  inmediatamente, -Jejeje- empezó a reír en voz baja  lo que pronto se convertiría en una risotada llena de satisfacción. Se detuvo en seco y se puso a pensar, ahora que sus padres estaban muertos ¿Qué seguía?, fue corriendo a su habitación y se deslizo en la pared hasta sentarse -¿y si Johanna me odia por haberlos matado?- exclamo en grandes voces -¡no lo creo!- se contradijo con su  voz cargada de locura -¡es más creo que me querrá más que antes! ¡Ella se vivía quejando de que ese par nunca estaba con nosotros! Se  abrazó las rodillas y continúo gritando aún más fuerte que antes -¡si aquellos que le causan preocupaciones y tristezas merecen morir!- se recostó en el suelo y accidentalmente toco algo de la sangre que había salpicado su pálido rostro, realmente aquella chica tenía algún problema psicológico, la tomo con una mano y con voz un poco más calmada añadió –lo siento padre y madre, y todos los demás pero eran un obstáculo difícil y como todos los obstáculos no deben existir- observo el reloj, marcaba las seis con ocho.

Se sentía agotada después de todo en ese día había perseguido a Nani hasta el cansancio y había matado a todos los miembros de su familia. Desde sus padres hasta el olvidado mayordomo Tanaka, todos habían muerto, había logrado su acometido. –Yo no merezco morir, debo encontrar a Johanna- era en lo que pensaba para por primera vez en su vida, no cargar con tanta culpa.

Una duda aun asaltaba su cabeza ¿cómo se supondría que encontraría a Johanna? ¿Cómo saber quien la había secuestrado?  Se le ocurrió rápidamente una idea, lo más seguro era que la hubieran secuestrado por ser una familia rica, entonces pedirían un rescate o algo parecido, así que muy pronto se pondrían en contacto, muy pronto, pero ¿de qué forma lo harían? ¿Teléfono? Tal vez… ¿internet?... ¿correo?

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mini- nota: bueno aqui les dejo el noveno capitulo,  :) gracias a todos los que me leen aunque sean pocos. 

por favor comenten y/o voten si les gusto, de lo contrario... prometo esforzarme más :)  

P.D en la imagen algo asi se veia nikki cuando se calmo, siempre he creido que cuando las personas se alocan le cambia el color de los ojos :P 

Una pequeña obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora