24. Las últimas pistas Parte 2.

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—Vaya, así que tu tío. ¿No se te ha ocurrido pensar en que pudo haber sido él quien secuestró a tu hermana? —Nikki enmudeció—, es bastante obvio, ¿no?

—Pasé por alto eso —respondió—, pero no hay pruebas.

—Entonces, ¿cómo pudo saber tu tío el estado de tu gemela? Es bastante lógico si decimos que fue él quien la secuestró —contestó seguro. Él en una mejor época había sido uno de los 5 estudiantes becados que admitía Blue Wolf, participaba en dicho programa debido a que normalmente la escuela resultaba cara.

—Vaya, llegamos a la misma conclusión —exclamó emocionada.

— ¿Eh?

—Si te conté todo esto y te ataqué con esas preguntas fue para "probarte", lo siento.

—Bien, me alegra haber "pasado". ¿Y ahora qué harás? —inquirió curioso.

—Aunque fuese mi tío quien hizo todo esto pienso seguir hasta el final. Ir y decirle a la policía sería tonto y arriesgado, además sería como demostrar debilidad. Además, ¿quién le creería a una asesina? —murmuró lo último por lo bajo—, en cambio sí acabo con todo esto por mí misma sería demostrarle que yo puedo —contestó desafiante, de momentos parecía olvidar el porqué de todo aquello.

— ¿Quieres que te acompañe en tu larga travesía? —se burló.

— ¡Claro que no, y no te burles!

—Bueno, bueno... ¿A qué hora sale tu tren? Se te podría hacer tarde —preguntó levantándose y yendo a mirar por uno de los huecos de las ventanas.

—A las cinco.

—Entonces, ¿por qué no sales a pasear?

— ¿¡Qué te pasa!? ¡Lo que hago no es por gusto! —Explotó—. ¡No puedo hacer nada agradable hasta recuperarla!

—He ahí tu problema. Te preocupas tanto por ella que ni si quiera te das un descanso. Puedo estar casi seguro de que aún duermen juntas y si no es así por lo menos en la misma habitación.

Nikki enrojeció un poco ante tal comentario como pocas veces en su vida (en su mayoría debido a su gemela), debido a la molestia y a la vergüenza de ser expuesta. Michael tenía razón, no dormían juntas en la misma cama desde hace 2 años, pero sí en la misma habitación y cuando ella se aseguraba de que su hermana ya estaba profundamente dormida, no podía resistir la tentación de acostarse en la misma cama con ella, abrazándola. Siempre procuraba despertar por lo menos 15 minutos antes que su hermana para acomodarse en su cama y fingir que ahí había pasado la noche. Sólo en tiempo de vacaciones, durante la escuela encontraba la manera de escabullirse de un dormitorio a otro, para su suerte ese instituto no manejaba compañeros de cuarto.

— ¿Acerté? —dijo Michael cerca de su rostro, arrastrándola de sus recuerdos a la realidad.

—...Sí...

—Si no recuerdo mal tu apellido es Bremauntz —ella asintió—. Entonces, hay una estudiante, que... ¿Cómo se llamaba? —Hizo memoria—. ¡Ah, listo!, entonces, ¿tú eres hermana de la "misteriosa" (extraña a mi parecer) estudiante estrella Johanna Bremauntz? —preguntó, Nikki se entusiasmó y asintió.

— ¿Cómo sabes eso?

—Fácil, yo estudiaba allí.

—Si tenemos la misma edad, ¿Cómo es que nunca te había visto en ninguna de las clases? ¿De qué dormitorio eras?

—De Violet Unicorn, soy un artista con el lápiz, y la razón es que como era uno de los mejores estudiantes me ofrecieron saltar un año y así lo hice. Conozco a tu hermana, ¿quién en la escuela no la conoce? A ella también se lo ofrecieron pero se negó y ¿sabes qué dijo? "Tengo que cuidar a mi hermana mayor" al director le hizo gracia pero aceptó su decisión ¿Contenta? —relató—. Ahí es donde te digo que frustras sus sueños.

Haciendo caso omiso a lo último preguntó— ¿Por qué ya no sigues ahí?

—Ya te lo había dicho, mamá murió y me quedé solo, aún becado pagaba algo y con un trabajo de medio tiempo durante las vacaciones no alcanzaba —añadió—. Aunque siempre tuve curiosidad por saber quién era el novio de tu hermana.

— ¿Qué...?

—Sí, su novio o lo que haya sido. Siempre sin falta iba todas las noches, al parecer de otro dormitorio, se metía en su cuarto. —Nikki maldijo interiormente, parecía que ese chico le había leído la mente momentos atrás.

—Yo —dijo avergonzada.

— ¿Tú...qué?

—Yo era la que iba al cuarto de Johanna, me gustaba dormir con ella —la vergüenza permanecía, lo cual era raro, en otra situación hubiera contestado bruscamente, si es que lo hacía.

—Eso es...como sea. Vaya —suspiró—, lo que hace el amor fraternal.

—Habla de tu vida, es tu turno. No tenemos nada mejor que hacer, ¿no?

—Está bien —Michael regresó a su sillón y comenzó a hablar. Así se les fue mucho tiempo hasta que dieron las cuatro.

—Lo siento pero me tengo que ir —se levantó y tomó sus cosas.

—Está bien —bajó con ella y le abrió la puerta—. Suerte —gritó cuando la chica iba un poco lejos.

Nikki y su mundo se estaban convirtiendo en algo cada vez más y más grande. Ahora este podía apreciar algo más que a su hermana.

Una pequeña obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora