El día en que Johanna fue obligada a escribir la carta cambiaron nuevamente de ubicación, si no recordaba mal era la 4 o 5 vez que cambiaban de lugar. Su situación seguía siendo la misma, en una habitación sencilla, sin ventanas la única diferencia era que ahora era encerrada junto a John Michaelis, siempre que trataba de escapar -sin ella misma comprender el por qué lo hacía- sus planes se veían frustrados.
Sabía que en cualquiera de los casos le quedaba poco tiempo de vida, pero aun así ella quería que Nikki ganara lo que ella llamaba “juego de supervivencia”.
—Johanna— habló John — ¿Estás segura de tu decisión?— la tristeza era irremediablemente notoria en sus palabras que fluían dificultosamente a través de su garganta.
—Completamente—afirmó de manera determinada.
— ¿Quieres morir? ¿No tienes miedo?
—No tengo miedo—respondió visualizando inútilmente la pared blanca —John, no te preocupes. Además, ¿no dicen que la muerte es la siguiente gran aventura?— se sentó a su lado, logrando transmitirle a John algo de tranquilidad. Lo único diferente de aquella habitación era que no estaban sujetos con grilletes.
—Pero es que…—intentó replicar con voz lastimera.
—Pero es que nada, sabía que en cualquier escenario probable yo moriría al final— le acarició el cabello suavemente y añadió —Y si va a ser así quiero que por lo menos mi muerte no sea en vano— a pesar de sus catorce años de edad actuaba de manera madura y serena ante una situación en la que cualquiera se hubiera quebrado mentalmente.
John no pudo evitar que las lágrimas comenzarán a derramarse lenta, dolorosa y amargamente ante los argumentos de la chica.
—No te preocupes John, cuando acabe toda esta situación volverás a tu vida a como era antes y estoy casi segura de que te encuentras otra amiga— Johanna parecía no percibir el sentimiento que emitía aquel chico, ella lo había dejado de querer por temor a que le hicieran algo peor. —Así que no llores más ¿vale?— John solo asintió.
—Que linda escena, han logrado conmoverme—dijo la perfectamente conocida voz sintética.
— ¿Qué es lo que quieres ahora?— preguntó Johanna de manera amenazante.
— ¿Qué les parece si jugamos un juego?
— ¿Qué tipo de juego?—se apresuró a contestar John limpiando las lágrimas que aun escurrían por su rostro.
— ¿Alguno de los 2 ha no sé… estado relacionado con esa temática de sobrevivir que hoy en día sobreexplotan?— inquirió, posiblemente de una manera curiosa. Ambos chicos asintieron. —Pues bien, me alegro de que estén relacionados. Será un juego parecido a ello, Johanna lo ha escrito ¿no es así?
—Sólo porque me amenazaste—masculló
—Así fue pero, si no me equivoco, a tu hermana le quedan como 3 semanas para encontrarte y durante ese tiempo habrá un pequeño juego de supervivencia, he decidido también explotar ese tema. Claramente ambos están invitados— continuó explicando y antes de que pudieran replicar añadió —Las reglas son: se va por parejas, pequeña Bremauntz tú puedes quedarte con Michaelis si quieres; a cada miembro se le dará un arma y municiones, obviamente cuando estas se les acaben tendrán que ingeniárselas y por último están completamente prohibidas las alianzas ¿alguna duda?— preguntó finalizando su extraña explicación acerca del juego.
— ¿Cuántas parejas habrá?
—Pocas, ustedes y otras cuatro, ¿algo más?
— ¿Cómo sabremos que no hay trampas de tu parte?— siguió desconfiando Johanna, después de todo lo que les había hecho pasar era natural.
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Una pequeña obsesión
Misterio / Suspenso¿Qué tan lejos llegarías por recuperar a quién más te importa? ¿Sacrificarías todo? ¿Todo? Todo significa decir adiós a tus padres, a tu casa, a todo lo que conoces. Dejar todo atrás por la persona que más te importa en este mundo. Inclus...