Principios de semana. Y el día por fin ha llegado. Oficialmente hoy voy a ser independiente. Ya tengo todo preparado para la mudanza, está todo metido en el camión y me despido de mis padres.
-¡Ay hija mía! ¿Estás segura de que quieres irte?- me pregunta mi madre con lágrimas en los ojos.
-Si mamá, estoy segura.
-Venga Ana, nuestra hija ha crecido. Es hora de que se vaya- dice mi padre abrazándome.
-Os quiero, pero tengo que irme- doy un abrazo a mis padres y salgo por la puerta.
-¡Y nosotros a ti! No olvides llamarnos cuando llegues- grita mi madre para que le oiga.
No penséis que no quiero a mis padres y que estoy deseando dejar de verles. Para nada. Lo que pasa es que como me quede un segundo más con ellos llegarán a la conclusión de que no debo irme y me obligarán a quedarme. Y eso no es lo que quiero.
Cojo mi coche de segunda mano y conduzco hasta mi nueva casa. Debo reconocer que en cuanto vi el edificio en la foto y la casa por dentro me enamoró al instante. Todavía no la he visto personalmente ya que he estado muy ocupada para verla con los exámenes, pero las fotos que me enseñaron mis padres me convencieron al segundo. Aparco enfrente del edificio y cojo las cosas del coche. He cogido lo esencial, móvil, cargadores, dos libros y mi ordenador para que no tuvieran que ir en el camión de la mudanza, que tardará un poco más en llegar. Cojo las llaves de mi bolso para abrir la puerta del portal, casi se me cae todo pero consigo estabilizarme y evitarlo.
Al entrar en el portal cojo el ascensor. Pulso el botón del tercer piso y el ascensor empieza a subir. Salgo de él en cuanto se abren las puertas y busco la letra A en una puerta. Solo veo la C. Me dispongo a girar a la derecha en el estrecho rellano, donde seguramente se encuentren la letra A y B cuando choco con alguien, pierdo el equilibrio y se me cae todo al suelo.
-Genial...- gruñó entre dientes.
-Lo siento, espera que te ayudo- el individuo me ayuda a recoger las cosas.
Le doy las gracias mientras me ayuda. Nos levantamos los dos a la vez, y cuando le miro para que me de mi ordenador y mi libro pongo los ojos como platos.
-Aquí tienes- me ofrece su mano para que coja mis cosas. Pero no puedo reaccionar.
-Un momento... Tú eres... Ese chico que mis amigas... Tú eres...- no me lo creo.
-Si, me llamo Rubén. Más conocido como Rubius- me muestra una de sus sonrisas que ya he visto en esos vídeos que no paran de enseñarme mis amigas
-¡Dios mío! Mis amigas no se lo van a creer...
-¿No se van a creer que me has conocido o que eres mi vecina?- me pregunta con una sonrisa divertida.
-Un momento... ¡¿Qué soy que?!- esto debe de ser una broma.
-Mira- señala mí puerta y luego la suya- Vivimos enfrente.
-Genial... Lo que me faltaba...
-¿He dicho algo malo?- me pregunta con cara de duda
-Verás, es que no me gusta mucho lo que haces y digamos que no soporto lo que la gente como tú hace. Me parece una pérdida de tiempo y una chorrada, y aún más que se os pague por ello.- creo que he sido un poco antipática
-Vaya... Veo que no te caigo muy bien de primeras.- me dice pasándose la mano por el pelo.
-No, no muy bien la verdad. Pero no te lo tomes como algo personal. Y ahora sí me disculpas...- le esquivo para llegar hasta mi puerta y abrirla.
-Está bien, ya nos veremos.- se despide con la mano y se marcha en el ascensor.
No me puedo creer que mi vecino vaya a ser una estrella de YouTube, la más famosa aquí en España. Justamente lo que más odio en este mundo. Cuando se lo cuente a mis amigas no me van a creer ni de coña. Debo reconocer que tiene su encanto y que es bastante simpático. Pero bueno, podré vivir con ello. Que sea mi vecino no significa que tenga que hablar con él, solo le veré cuando coincidamos en el ascensor o el portal. Claro, que puedo vivir con eso. Además, es bastante mono.
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Mi Vecino. [ElRubius y tu]
Fanfic¿Y si el youtuber más famoso de España se convirtiera en tu vecino?