Capítulo 10

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- ¿Se puede saber que te pasa?

- No me pasa nada.

- Ya, y por eso pareces un zombie de esos que comen cerebros como en The Walking Dead.

- Deberías dejar de ver esa serie Bea.

- Oye _____, en serio ¿qué es lo que te pasa?

Mi amiga Bea no paraba de hacerme preguntas, esto parecía un interrogatorio como los de Mentes Criminales. Es cierto que estos días no he estado en mi mayor esplendor, pero he intentado que se me notara lo menos posible. Pero resulta que el detector de mi amiga nunca falla.

- Llevas desde el viernes así. Parece que, literalmente, estés muerta.

- Debe de ser la universidad.

- A mí no me engañas _____, empieza a cantar ya.

Tras media hora, decidí rendirme y le conté todo lo que había pasado desde el miércoles a mi querida amiga. Le conté lo del cine, la aparición de su amiga Laura, y la escena de la gorra y los dos medio desnudos.
Cuando acabé de hablar, me desplomé sobre mi nuevo amigo, el sofá.

- Será...- y como si se hubiera tomado un millón de cafés, Bea se levantó del suelo corriendo y se fue hacia la puerta, hecha una auténtica furia.

- ¿A dónde vas? - le pregunté intrigada.

- A decirle unas cuantas cosas a ese imbécil. Se acaba de ganar un enemigo.- dijo Bea mientras abría la puerta.

Salí corriendo detrás de ella antes de que hiciera alguna tontería, pero era demasiado tarde, ya había llamado al timbre y estaba esperando a que la puerta se abriera en cualquier momento.

- Ni se te ocurra hablar con él, vamos Bea, vuelve dentro- me negaba a que Rubius se enterara de todo lo que sentía por él y todo lo que me había hecho.

- ¡Ni de coña! Se ve a enterar...- tiraba de ella para que entrara en mi casa, pero no había quien la moviera de allí. Ahora solo quedaba esperar la humillación.

Pero tras un minuto esperando delante de la puerta, esta seguía sin abrirse. Gracias al cielo, se habían alineado todos los astros y la suerte estaba de mi parte. No estaba en casa.

- ¿Contenta? No está en casa, ya puedes dejarlo ya.

- Me niego, esperaré aquí hasta que vuelva

Y como veía que esto no iba a funcionar, decidí usar el modo "pena" y sacar mi lado más sensible y herido para conseguir que mi amiga no me arruinara la vida.

- Bea, entiendo que quieras protegerme y que quieras vengarte de Rubius porque me ha hecho daño, pero él no tiene la culpa. No estamos saliendo ni nada por el estilo, y tiene todo el derecho del mundo ha tirarse a quien él quiera. Además, no quiero que sepa lo afectada que estoy y lo mucho que me gusta. Así que por favor, vuelve dentro y contrólate , de verdad que si hablas con él me hundirás más.

Y por suerte, tras estas palabras, Bea se debió de ablandar y decidió darse por vencida. Ya buscaría otra manera de hacer sufrir a mi vecino. Pero por el momento, lo había conseguido.

Habiendo vuelto la calma después de la tormenta, Bea y yo estábamos sentadas en el sofá, comiendo helado y viendo una película de Hugh Grant romántica, para combatir todos nuestros males amorosos. Y tras media hora de película, estaba aún más deprimida que antes. Bea debió notarlo y paró la película.

     - Mira ______, no soporto verte así. Pensar que un jilipollas te haya hecho daño y te haya dejado así me cabrea muchísimo. Y como buena amiga que soy, el sábado por la noche, las chicas y yo vamos a llevarte de fiesta.

     - Bea, no sé si me...

     - Te pondrás guapa. Te llevaremos a la mejor discoteca de Madrid, donde más tíos buenos haya. Te emborracharás, y te liarás con el tío más bueno que haya. Y no puedes decir que no.

Pensándolo, me di cuenta que para poder salir del estado en el que me encontraba tendría que hacerlo. Si, tengo que salir de fiesta, emborracharme y liarme con un tío bueno para poder olvidarme del idiota de mi vecino. Eso es. Lo voy a hacer.

                                                                                                        ****

Sábado por la noche, y será la gran noche, no, mi gran noche. La noche en la que por fin deje de darme pena a mí misma y auto compadecerme, olvidándome de todo y saliendo del agujero en el que estoy.

     - Chicas, no sé si es buena idea que vosotras...

     - ¡Tonterías! Es la mejor idea que hemos tenido desde hace mucho tiempo. Tu haznos caso, somos unas profesionales, te vas a encantar.

Todas mis amigas estaban en mi casa, ya que habíamos acordado prepararnos juntas para la gran noche. Y como no, habían tenido la maravillosa idea de prepararme y maquillarme a su gusto. Y, para colmo, había sido obligada a aceptar. Ahora mismo me sentía como un maniquí de pruebas.

     - De verdad que no estoy yo muy segura de esto...

     - ¡Calla!- me gritaron mis cuatro amigas a la vez.

Había dejado que me eligieran el vestuario, y la verdad es que no lo hicieron mal. Esa tarde habíamos ido de compras, y mis cuatro amigas eligieron mi conjunto. Iba con un vestido de noche, negro y hasta por encima de las rodillas, por los muslos. Para mí era demasiado corto y excesivo, pero a mis amigas le encantaban, y no podía opinar. Menos mal que el escote no era muy exagerado, al igual que la espalda, no muy abierta. Me acuerdo cuando me quejé por el escote cuando me lo estaba probando.

     - Chicas, es bonito y todo eso, pero es que se me ven todas las tetas... No sé si...- no puede acabar la frase mientras me miraba al espejo, no muy convencida.

     - Tonterías- dijo mi amiga Lucía- Ya que tienes unas generosas tetas, aprovéchalas tonta. Además, no es tan exagerado como crees. Yo te veo genial.

Y tras discusiones y más discusiones, tuve que comprarlo. Y ahora, aquí estoy, siendo maquillada por mis amigas para la gran noche, mi gran noche.

     - ¡Ya estás! ¡Abre los ojos!- me dijo mi amiga Alicia cuando acabaron de maquillarme.

Abrí los ojos, y no me podía creer lo que estaba viendo. En el espejo había una chica, pero esa chica no podía ser yo. El vestido me quedaba realmente bien, no tan bien como recordaba, y es verdad que ahora el escote no parecía tan exagerado. Llevaba el justo maquillaje, un poco de colorete, labios pintados y ojos de una súper modelo. Los tacones grises que llevaba me resaltaban las piernas, haciendo parecerlas muy largas. Y el pelo lo llevaba suelto en no muy marcados tirabuzones. Madre mía, esa no era yo.

     - ¿Te gusta?- me preguntaron mis amigas entusiasmadas.

     - ¿Cómo deciros que sois las mejores?- estaba realmente impresionada.

Todas me envolvieron en un abrazo grupal, casi asfixiándome. Cuando se separaron, se dieron los últimos retoques y decidimos salir por la puerta. Estábamos esperando al ascensor.

     - ¿Lista para la mejor noche de tu vida?- me preguntó mi amiga Bea.

     - Más que lista- le respondí con una sonrisa enorme en la cara.

Esta iba a ser la gran noche, nuestra gran noche, y sobre todo, mi gran noche. Iba a conseguir olvidar a... Ni si quiera voy a decir su nombre, de una vez.

¿QUÉ TAL OS HA PARECIDOS? DEJADME VUESTROS VOTOS Y COMENTARIOS.

¿Creéis que ____ conseguirá olvidar a Rubius? Siento que en este capítulo no haya salido, pero os aseguro que en el siguiente saldrá, y mucho😏😏😏

ADEMÁS TAMBIÉN HABRÁ MUCHO SALSEOOOOOOOO

Mi Vecino. [ElRubius y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora