Draco y yo entramos a la tienda de varitas "Ollivander". Al entrar la puerta golpeo una campana, lo que significaba que había clientes en la tienda. Las paredes estaban tapizadas de cajas rectangulares y delgadas -supongo que de varitas- pensé yo.
Un hombre anciano apareció detrás de lo que parecía ser un mostrador.
-Hola- dije con una voz algo temerosa pero clara- Venimos a comprar nuestras varitas.
El señor Ollivander parecía no comprender nada de lo que decían, en cierto punto parecía algo loco.
-Déjenme busco algo- Y se fue por un pasillo repletos de varitas- ¿Quién quiere probar primero?
-¡Draco primero!- grite, mientras que este me dirigió una mirada fulminante- No me mires así, tu estas más acostumbrado a estas cosas.
-Sí, tienes razón.
El señor Ollivander regreso con una caja y con una varita en ella.
-Madera de Espino, con un núcleo de pelo de unicornio. 25 cm.
Draco la tomo y conjuro un hechizo simple, pero funciono.
-Muy bien, señor...
-Malfoy. Draco Malfoy, señor Ollivander-dijo Draco mostrándose orgulloso al igual que su padre.
-Muy bien, entonces déjeme busco algo para usted, señorita...
-Holmes. Caroline Elizabeth Holmes, señor.
-De acuerdo, permítanme un momento.
El señor Ollivander se fue trastabillando por otro pasillo y nos dejó a Draco y a mí, solos.
-Y... ¿Qué se siente?- pregunte maravillada por lo que había hecho.
-Se siente bien. Es genial tener una de estas.
-Ya quiero tener la mía-dije emocionada y algo temerosa. ¿Qué pasaría si no logro hacer que de mi varita salga magia? Tendré que regresar. No, definitivamente no permitiré eso, jamás regresare a ese horrible lugar.
- ¿Te encuentras...-dijo Draco que fue interrumpido por la presencia del señor Ollivander.
-Haber... Prueba esta. Es de acebo, con un núcleo de pluma de fénix. 22 cm.
Tome la varita de su lugar, pero no sabía qué hacer.
-Agítala.-dijo Draco
Al hacer el pequeño movimiento con mi mano, salieron disparadas unas cuantas cajas. Así que la deje en la mesa.
-Mmm... Creo saber cuál podría ser mejor para usted señorita Holmes.- dijo y se alejó, de nuevo.
Draco se me quedo viendo y luego se empezó a reír un poco.
-¿Qué te hace tanta gracia, Draco?- dije algo irritada.
El rubio platinado siguió riéndose hasta que por fin abrió la boca.
-Me da risa tu gran talento con las varitas- y se rio un poco más fuerte.
Estaba a punto de golpearlo, cuando llego el señor Ollivander.
-Esta es una de mis varitas más raras. Está hecha de roble, con un núcleo de pelo de Veela. 31 centímetros.
Como hice la primera vez, tome la varita y agite mi muñeca en dirección a las cajas que había tirado; estas empezaron a flotar y se acomodaron en la estantería.
-Mmm... Interesante- dijo con curiosidad el señor Ollivander.
-¿Disculpe?
-Es que la varita va según el temperamento y la mano del mago o bruja. A mi casi no me gusta manejar las varitas con pelo de Veela, son muy temperamentales, pero eso quiere decir que el dueño es así- termino con una sonrisa.
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Una sangre sucia en Slytherin
FanfictionUna chica huérfana deseando salir de todo lo que es cruel en su vida es invitada a asistir a un colegio muy peculiar, pero la directora de su orfanato, Madame Straw le impide asistir; por eso el profesor Dumbledore envía al profesor Snape para que s...