Somos uno

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Seis pares de ojos tenian puesta la vista en nosotros cuatro. Por alguna razón desconocida, mi instinto me hizo mirar en donde se posicionaban sus patas. Debajo de ellas pude ver una trampilla.

El maldito perro-mounstro, nos empezó a gruñir y después a ladrar. Tomamos eso como una advertencia a que deberíamos irnos y así fue.

Corrimos por pasillos sin saber exactamente a donde iban. Cuando pusimos suficiente espacio entre el perro y nosotros dejamos de correr.

-¿Qué demonios era eso?- dijo Ron entre jadeos y gritos.

-Baja la voz antes de que venga Filch y nos mate.- le advertí.

-Pero...- empezó Harry- ¿Cómo pueden tener eso en el castillo?

-Está vigilando algo-dije más para mí.

-¿En serio? ¿Cómo qué?- dijo Ron otra vez medio gritando.

-Pues fíjate que no lo sé, Ronald, no tengo visión de rayos X, pero Filch te lo contara cuando venga y nos expulse por andar despiertos y caminando por pasillos que no deberíamos.

-¡Cálmense ya!- dijo Hermione- Lizzie tiene razón, Ron. Debe de estar custodiando algo, y debe de ser muy importante si pusieron eso dentro del castillo.

-Sí, tiene razón- dijo Harry meditándolo- Tendremos que investigar, pero será después, ya es tarde. Lizzie, gracias por decirnos lo de Malfoy.

-No hay problema. Mejor váyanse, y traten de mantener a Ron callado.

Ron me mando una última mirada asesina antes de irse.

Camine por unos diez minutos antes de llegar a mi sala común.

Está se encontraba desierta, excepto por un niño de cabellos rubios que descansaba en el mismo sillón donde una hora atrás lo había dejado.

Observe como dormía. Parecía un niño pequeño descansando después de un día tan largo. Pareciera que no había nada en el mundo que lo pudiera lastimar y si lo había, yo me interpondría.

Sus pestañas eran largas. Sus mejillas tenían un pequeño color rojo. Su cabello rubio platinado estaba despeinado por el tiempo que había transcurrido dormido.

No quería despertarlo, pero si lo veían aquí le iban a restar puntos, y por desgracia aquí si va lo de "Si la lleva uno, la llevan todos". Lo moví un poco del hombro, pero no reaccionaba.

-Draco- susurré, pero nada- Draaco- dije un poco más fuerte. Y también lo zarandeé más- Draco.

Abrió los ojos despacio. Vio que estaba delante de él y volvió a cerrarlos.

-Cinco minutos, mami- dijo y ahora se acomodó boca abajo.

El que me dijera "mami" me dio risa, pero fue algo dulce.

-Draco, levántate. Nos van a regañar si nos ven aquí tan tarde.

Draco solo asintió. Alargó un brazo y palpando donde lo ponía, me agarro del cuello y me estiró hacia él. Quedamos cara a cara. Podía sentir como salía su respiración y se iba a estampar en mi cara. Batalle un poco para zafarme, pero lo logré. No podía dejarlo ahí. Ponle que se veía tierno, pero si lo veías con otros ojos, se veía ridículo.

Fui a un baño y tome un vaso que había ahí. Lo llene de agua helada, y regrese con Draco.

Recé mi últimas plegarias y le lancé el agua.

Le calló todo en la cara e hizo que todo su cabello se viniera hacia delante dándole el aspecto de un perro que acababa de salir de darse un baño.

Una sangre sucia en SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora