Una sangre sucia en Slytherin

Sueños

-Hermione- dijo el de lentes- ¿De casualidad sabes en que libro podemos encontrar lo que nos dejó el profesor Binns?

Hermione medito un momento antes de contestarles.

-Se encuentra en Historia de la magia. Capítulo 54-dijo Hermione recordando todo lo que pudo.

-Wow- exclamo el pelirrojo- ¡Gracias, Hermione!

Ella les dedicó una sonrisa y se fueron. Me acerque más a la mesa donde se encontraba mi amiga y tome asiento en frente de ella. Hermione levantó la vista para ver de quien se trataba pero cuando observo que era yo sonrió.

-¿Todo bien con el profesor Snape?- dijo algo preocupada.

-Sí. Todo bien- dije tratando de sonar normal- ¿Quiénes eran los que estaban contigo horita?

Hermione voltio y diviso a las personas que hace unos momentos estaban con ella.

-Son compañeros de mi casa. El de pelo rojo con muchas pecas es Ron Weasley; y el de pelo color azabache con lentes es Harry Potter.

-¿Harry Potter?, ¿no es acaso el niño que vivió?

-Ese mero- dijo con una sonrisa y siguió con sus deberes.

Para ser nuestro primer día en Hogwarts teníamos muchos deberes, pero por lo menos tenía con que distraerme.

A las siete de la noche, nos dirigimos al Gran Comedor, donde cada quien se fue a su mesa. En la mía se encontraban mis amigos Blaise y Theo así que decidí sentarme con ellos.

-Ya te dije que así no es como se hace la poción, Blaise- dijo Theo algo molesto cuando tome asiento enfrente de ellos- Se le agrega piel de serpiente, fibras de corazón de dragón y...

-Vaya, vaya- exclamó Blaise mientras yo me servía algunas frutas en mi plato- Miren quien al fin decidió sentarse con nosotros.

-Oye sí, ¿Por qué no te sentaste con nosotros durante las clases?- pregunto Theo

-Porque quiero conocer más gente, si solo los voy a tener a ustedes dos como amigos, mejor me lanzó desde la torre de astronomía- dije de un modo sarcástico.

-Ouch- exclamó un Blaise algo dolido- No te decimos que no tengas otros amigos, pero por lo menos en una que otra clase.

-Lo sé, lo sé, ya sé en clases estaré con ustedes y en que otras no.

-Bien- dijo Theo- Por cierto, Draco te estaba buscando.

-¿Para qué?

-¿Me ves cara de que yo soy Draco y lo sé todo?- dijo Theo arremedando a Draco.

Los tres nos reímos ante la perfecta imitación de Theo, cuando de repente un carraspeo a mis espaldas se hizo sonar.

-Así que... ¿creen que lo sé todo?- dijo un Draco algo molesto.

Tomó lugar a lado mío y empezó a llevar comida a su plato.

-Claro que no, amigo- dijo Blaise saliendo en defensa de todos- Solo sabemos que sabes más que todos nosotros juntos.

Todos asentimos hacía esto, aunque sabíamos que no era verdad.

-De acuerdo, Lizzie, necesito hablar contigo- dijo Draco- Pero, hablamos después de la cena.

Asentí ante sus palabras y me puse a comer. La cena transcurrió tranquila y alegre con los chistes que Blaise y Theo nos contaban. Después de que todos terminamos de cenar nos dirigimos a la sala común.